El comentario de hoy, jueves 21 de noviembre 2024
El triunfo del republicano Donald Trump en las pasadas elecciones del 5 de noviembre en la Unión Americana, sin duda alguna, tendrá efectos nocivos para México. Racista, intolerante, acérrimo enemigo de los mexicanos y de todos los migrantes que penetran ilegalmente a los Estados Unidos, su gobierno será un látigo xenofóbico que impactará de manera demoledora en nuestro país.
No se trata de vaticinios catastróficos ni mucho menos de augurios mesiánicos. No. Ya vimos un capítulo en su primer período de gobierno, en donde inició la construcción del muro fronterizo y “dobló” a su homólogo mexicano para servir como guardián trasero de su país en el tema migratorio. Nos espera otro más, con la amenaza de aumentar los aranceles y ubicar a los cárteles de la droga como grupos terroristas. Por tanto, intervenir militarmente.
Sólo la habilidad no la autocomplacencia del gobierno mexicano, podrá paliar los excesos de un sujeto, cuyo gobierno no conoce amigos sino intereses. Un republicano que sigue a pie juntillas la política del “Destino Manifiesto”. Que ha echado para atrás cualquier intento de reconocer la gran aportación de la mano de obra latina y, sobre todo mexicana, en la economía norteamericana.
Mientras Morena y sus aliados echan las campanas al vuelo por el éxito de sus reformas y la designación cuestionada de Rosario Piedra, en la CNDH, el impacto del triunfo de Trump les vale. No han reparado sobre las repercusiones en la firma del tratado comercial con Estado Unidos y Canadá, cuyas trabas están, justamente, en la cacareada Reforma Judicial.
Unos atribuyen a don Porfirio Díaz, otros a Justo Sierra, la frase aquella de “¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!”, que hoy cobra singular vigencia. Demócratas o republicanos, siempre nos han visto como el patio trasero. La visión de un gobierno que se asume cercano a Cuba, Venezuela o Nicaragua, no será para los racistas Trump y Vance, su tranquilidad en la frontera sur. Será un serio desafío.
Esperamos que la filosofía de la supremacía blanca, vigente en la xenofobia norteamericana, no impacte de manera brutal a nuestros paisanos, cuyas remesas han sido la bocanada de aire para millones de familias mexicanas, que sobreviven gracias a ellas. Ello sería, así literal, una estocada fatal para México, pues nuestros paisanos se soban la espalda en el otro lado, ante una realidad que incluso los programas sociales clientelares del anterior y de éste gobierno, no han podido paliar.
Ya es tiempo de pedirles al senador Adán Agusto López y al diputado Ricardo Monreal, que dejen de estar echando las campanas al vuelo, en su desatada sumisión al gobierno pasado. El tema del narco-Estado lo tienen bien claro en el gobierno gringo. Se acercan tiempos difíciles para el país. Al tiempo. (JPA)