Opinión Portada 

El comentario de hoy, jueves 12 de diciembre 2024

En una semana estaremos ya en el período de vacaciones decembrinas. Oleadas de turistas nacionales y extranjeros habrán de saturar nuestras calles, parques, mercados, museos, iglesias, restaurantes, hoteles, antros, etc. Incluso, en la Secretaría de Turismo estatal, ya se hacen pronósticos de la afluencia de visitantes, promedio de estancia, ocupación hotelera y derrama económica en nuestros tres principales destinos.

Y como cada temporada habremos de escuchar las mismas quejas: abusos, malos servicios, cobros indebidos y los excesos en que incurren impunemente, algunos segmentos de prestadores de servicios. El fenómeno se repite en Puerto Escondido y Huatulco. ¿Y saben por qué? Porque nadie sanciona a los abusivos. Lo hacen en una temporada y en otra, sin que autoridades ni asociaciones o cámaras hagan algo para detener los agravios al visitante.

Por otro lado, suenan ya los bombos y platillos por la temporada vacacional, con la que funcionarios y funcionarias se paran el cuello, con un apretado calendario de actividades culturales. Sin embargo, ¿ya se dieron cuenta del desastre que es la ciudad, con sus calles y avenidas llenas de baches, que seguro no vieron los responsables del reciente programa de bacheo?

¿Y ya se percataron del estado desastroso de nuestras carreteras, de las entradas y salidas de la capital? El famoso “Bachetón”, anunciado por la presidencia de la República, aquí nada más no llega. Todo ello contrasta con las obras de embellecimiento que han llevado a cabo los gobiernos estatal y municipal; con la restauración concluida de algunos de nuestros templos; con la iluminación de otros.

Ya no tarda en que el Centro Histórico se sature de ferias artesanales y la tradicional imagen de gigantesco tianguis del comercio en la vía pública, que ha crecido como nunca. A todo ello hay que agregar los serios problemas de seguridad que enfrenta la llamada “ciudad educadora” y la falta de una política de coordinación policial para salvaguardar la vida y el patrimonio, tanto de la ciudadanía oaxaqueña como del turismo que nos visita.

Nada más asoma la temporada de mayor turismo y las ratas andan desatadas. Pero tal parece que nadie mueve un dedo para salvaguardar la imagen de Oaxaca de Juárez y nuestros principales destinos de playa. Echar por tierra ese imán que desde hace décadas atrae a miles de extranjeros y nacionales a nuestros lares, es lo que menos importa.

Lo relevante es decir públicamente que estamos mejor que en el gobierno priista pasado; que ahora sí habrá mejores resultados. En el ínterin, ya se prepara una numerosa delegación de inútiles para las ferias internacionales de turismo que están en puerta, de las que sólo traen una lista abultada de gastos millonarios y nada que le sirva al sector. (JPA)

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