Opinión Portada 

El comentario de hoy, jueves 1 de mayo:

Ha iniciado el mes de mayo y con ello la inminente movilización del magisterio oaxaqueño, cuya organización sindical ha sido calificada -no de manera descabellada- como el Cártel 22. La dirigencia ha convocado a una marcha masiva. El abandono de la tarea docente, el chantaje y la presión a los gobiernos federal y estatal vuelve por sus fueros, como desde hace 45 años, cuando nació la CNTE.

Fuentes confiables revelan que, la administración del gobernador Salomón Jara les ha cumplido todas sus exigencias, a pesar de que muchas peticiones son de competencia federal. El Instituto Estatal de Educación Pública -IEEPO- les ha entregado más de 4 mil millones de pesos en el pago de incidencias administrativas, pago de bonos, uniformes escolares, etc. Pero para los líderes y secuaces, no es suficiente.

Es un hecho pues, el magisterio oaxaqueño es un ente perpetuamente conflictivo y eternamente insatisfecho. Siempre con la mano alargada. Hoy tiene dos banderas: la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007 y de nueva cuenta, echar abajo la Reforma Educativa que puso en marcha el ex presidente Enrique Peña Nieto. Pero también en contra de la Nueva Escuela Mexicana de la 4T. Es decir, como se dice vulgarmente, ningún tornillo les embona.

En fechas recientes ya le propinaron dos golpes a la educación pública: los paros de 48 y de 72 horas. Otra vez vimos las escenas aberrantes de escuelas cerradas y niños sin clases, que muchos pensamos habían quedado en el olvido. Pero no. Para el día 15 de este mes, ya tienen en su agenda el paro indefinido y el plantón. De nuevo su acartonado método de movilización-negociación-movilización y sus consignas ancladas en el pasado.

El daño a la educación de poco menos de un millón de educandos en Oaxaca, es irreversible. El rezago educativo es un tema que tiene sin cuidado a sus dirigentes, radicaloides formados en los Clubes de Orientación Política Ideológica de las Escuelas Normales Rurales. Ahí se educaron para ser ficticios guerrilleros, pero prestos a disfrutar el depósito quincenal en sus tarjetas bancarias. Vulgares fanáticos del doble discurso y la doble moral.

Se espera una respuesta enérgica de parte de la Federación y menos complaciente de parte del gobierno de la Primavera Oaxaqueña. No se trata de amagos de fuerza, al que responderán como plañideras: ¡Represión!, ¡represión!, sino de mecanismos políticos que contemplen los tres órdenes de gobierno.

Había que preguntarse: ¿cuál será la postura al respecto, de las autoridades municipales, así como de los comités de padres y madres de familia? ¿Seguirán apáticos a la consigna de este sector privilegiado de la clase trabajadora, en seguir dañando la educación de sus hijos? (JPA)

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