Los efectos del cónclave del PRI
Los resultados del cónclave del Partido Revolucionario Institucional (PRI), celebrado en estos días, están por saberse. Ahí se encontraron dos soterrados enemigos que, según algunos, habrían pactado y según otros, sólo fingieron amistad, cuando todo mundo sabe que sus diferencias son irreconciliables. Nos referimos a los ex gobernadores JOSÉ MURAT y ULISES RUIZ. El primero, al frente de la Fundación “Colosio”, en donde se elabora la Plataforma Político Electoral para el 2018 y el segundo, al frente de una Corriente Democrática, que se ha convertido en una piedra en el zapato para la dirigencia nacional que preside ENRIQUE OCHOA REZA.
Si como decía don JESÚS REYES HEROLES, “en política la forma es fondo”, bien podremos aventurar una hipótesis: la 22ª Asamblea Nacional del PRI tuvo como propósito conciliar posiciones encontradas y forjar la unidad, a sabiendas de que el panorama para el año que viene es complejo y adverso en todos los sentidos para el tricolor. Ambos, MURAT y ULISES, son hábiles y reconocidos en las filas priistas: el primero porque tiene un colmillo retorcido para el arreglo, la negociación y la conciliación; el segundo, por sus habilidades electorales, que nadie puede regatearle. Es un reconocido mapache y experto en mañas electorales. De ser así, varios ulisistas estarán más que puestos para el piñatazo del año que viene.
MURAT tiene mano pues se ha convertido en una especie de sombra de “Clavillazo”, OCHOA REZA. Ha recorrido el país con él y se ha hecho escuchar, aunque nadie sabe por qué exactamente fue enviado a una zona de guerra e inseguridad como es Tamaulipas. RUIZ ha hecho mancuerna con otra disidente de la dirigencia nacional: IVONNE ORTEGA. Los dos y otros más que les siguen, están en abierta oposición a que en la selección de candidato presidencial, estén los dados cargados. Por ello, le han dado a su corriente un perfil democrático.
Los acuerdos o diferencias entre MURAT y ULISES, se habrán de reflejar y muy pronto, en el Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, en donde se anuncian relevos desde hace al menos un par de meses, pero además, en las posiciones claves para manejar tanto las candidaturas del 2018, como los enroques y movimientos en la estructura gubernamental. El gobernador ALEJANDRO MURAT tendrá su prueba de fuego ante su partido en el multicitado proceso electoral. No puede darse el lujo de entregar malas cuentas. Es su futuro político. Ni más ni menos. (JPA)