Istmo 

Despiden a bombero que murió en el incendio en la Refinería

Salina Cruz.- En medio de llantos, aplausos y música despidieron al bombero Alberto Martín Balderas quien murió durante el incendio ocurrido al interior de la refinería Antonio Dovalí Jaime. Este viernes fue sepultado en el panteón municipal.

El dolor de los amigos, familiares y compañeros de trabajo del Cocotero como era conocido el bombero del área de contraincendio de la petrolera, quien con valor enfrentó junto con sus compañeros las llamas que acabaron con su existencia.

A las 09:00 horas, arribó el cuerpo a la iglesia de la Santa Cruz, donde se le oficio una misa de cuerpo presente. Sus compañeros de trabajo y que también estuvieron en el incidente, se colocaron en una valla huma para acompañar a su compañero hasta su última morada.

El párroco de la iglesia, dio consuelo a los hijos, hermanos, esposa y padres de este noble ser humano que perdió la vida defendiendo a su gente.

Mientras tanto en primera fila, los hijos de Martín se encontraban destrozados y desconsolados al saber de la tragedia que había ocurrió y que su padre un hombre al que ellos recordarán como su héroe, murió haciendo lo que siempre amó, ser bombero.

A las 10:20 horas, sus compañeros, se enfilaron hacia la puerta del acceso a la iglesia y cargando el féretro, lo llevaron hasta una carroza en donde ya lo aguardaba, para enfilarse sobre la avenida 5 de mayo y con dirección al panteón municipal ubicado en la colonia San Juan.

Una cadena humana se fue formando, conforme avanzaban los restos del bombero Alberto Martín Balderas. La música de viento, no dejaba de entonar las melodías que calaban la piel y el corazón de muchos que los hacían llorar.

Desde Amor Eterno, hasta un puño de tierra, eran la música que se escuchaba por más de siete cuadras que dura el trayecto que comprendía de la Iglesia hasta el Panteón.

Las sirenas de las ambulancias, camiones de ataque de los bomberos y vehículos que formaban la caravana no dejaban de sonar, en señal de despedida de su compañero.

Antes de llegar a su última morada, bajaron el cuerpo y comenzaron a cargarlo, los gritos de los hijos eran incesantes “¡No nos dejes papacito chulo!”, eran las palabras que repetía una y otra vez una de las hijas del bombero al momento que ingresaron al camposanto.

Sus amigos, dieron unas breves palabras expresando “Sabemos que se despidió haciendo lo que más le gustaba en un acto heroico, te vamos a extrañar amigo, hermano, camarada de toda la vida Cocotero”.

“Adiós bombero que diste tu vida por salvar a tus compañeros y tu ciudad, donde quiera que estés sabemos que vas a estar bien”, expresaron.

De hecho, dijeron que su compañero va a estar con ellos, que es un ejemplo a seguir, con sus enseñanzas, chistes, bromas que hacía, pero siempre alegre y carismático.

Mientras era sepultado, los gritos eran desgarradores y de dolor, en donde sus compañeros permanecieron durante varias horas acompañando a la familia.

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