Politica de suma cero 

El derrumbe de Carlos Altamirano y la ASE

Justo cuando trascendían las maniobras de SALOMÓN JARA CRUZ, representante del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), en el estado, de la mano de quien fuera titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), CARLOS ALTAMIRANO TOLEDO, para manipular el relevo de éste e incrustar a algún incondicional que le cubriera el expediente que JARA CRUZ tiene en dicho órgano, que documenta su paso de corrupción al frente de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura (SEDAFPA), en los primeros años del gobierno de GABINO CUÉ, 38 diputados (as) de la LXIII Legislatura les tenían una sorpresa: la desaparición de la ASE y su conversión en un Órgano de Fiscalización del Estado de Oaxaca.

Durante los casi diez meses que tiene de gestión la actual legislatura, ALTAMIRANO TOLEDO se mantuvo en el cargo con alfileres, protegido por su sobrino, CAROL ANTONIO ALTAMIRANO, coordinador de la bancada del PRD en dicho órgano legislativo y quien fuera designada presidenta de la Comisión de Vigilancia de la ASE, la también perredista –ex priista- EVA DIEGO CRUZ. El ex Director de Administración de la Residencia Oficial de Los Pinos en el gobierno de ERNESTO ZEDILLO, tenía claro que en esta administración era una especie de parche mal pegado, además de un historial de ineficiencia e incapacidad. Por ello buscó una “salida decorosa”: una buena indemnización para dejar el cargo, en el que –según él- debía mantener por un año más. Pero no le dieron tiempo. Más bien, le dieron madruguete, inclusive con el voto de CAROL y EVA.

CARLOS ALTAMIRANO fue víctima permanente del escarnio público desde los tiempos en que GABINO CUÉ lo designó titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (SEDESOH), al inicio del “gobierno de la alternancia”, a donde llevó a su esposa, DALIA BÁEZ ARENAS, como segunda de abordo. Los escándalos de ésta era parte del anecdotario político. Hasta las oficinas de la ASE persiguió a su marido, convirtiendo dicho órgano no sólo en el “orgullo de su nepotismo”, sino en una instancia de mando dual: CARLOS ALTAMIRANO/DALIA BAÉZ. Dentro y fuera de la ASE era un secreto a voces que quien mandaba ahí era la señora y no el titular. La corrupción, el prevaricato de los auditores y los negocios familiares de una centena de servidores públicos oriundos de El Espinal-Asunción Ixtaltepec, forman parte de la historia oscura del citado órgano de fiscalización. Ningún ex edil consignado por corrupción. Todo expediente era limpiado y solventado en oficinas alternas. (JPA)

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