¿Hasta cuándo los atropellos y saqueos de la CENEO?
Uno de los factores que rompió por completo con las expectativas de orden, legalidad y cumplimiento con la norma hasta los años 90, fue el Síndrome de Tlatelolco. Luego fue el nacimiento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que ha protegido por igual a víctimas que a criminales. Este país dio un viraje hacia la inseguridad, la violencia y la muerte, al amparo de las sobadas garantías individuales. Cualquier observador puede constatar que en México, a diferencia de otros países, se resquebrajó el Estado de Derecho y hoy los muertos, de los dos últimos sexenios se cuentan por miles.
No es fortuito que a cada amago de las autoridades por meter orden y cumplir con la ley, todo el mundo se llame “reprimido” y se victimice. El mejor exponente de esta farsa es el magisterio: agreden y conculcan los derechos de terceros, pero que nadie los toque. La Sección 22 y su matriz, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), han explotado a placer ese temor gubernamental. Le han sacado provecho al terror, al miedo de los gobernantes a llevar consigo el estigma de “represores”. Cuando el ex gobernador ULISES RUIZ intentó desalojar el famoso plantón magisterial, ya infiltrado por la guerrilla y la basura de Panchos Villas, Atencos y demás, aquel fatídico 14 de junio de 2006, se soltaron los demonios. El gobierno de VICENTE FOX y su operador, CARLOS MARÍA ABASCAL, Secretario de Gobernación, le dieron cuerda a los enemigos, empezando por “Don Flavio” SOSA VILLAVICENCIO, para deponerlo.
Oaxaca arrastra el estigma del 2006. La ciudadanía está a merced de los abusos y atropellos de maestros, normalistas, organizaciones sociales, comuneros, transportistas, sindicatos, etc., pero no hay ninguna acción de Estado o de gobierno para acotarlos. Nadie se atreve a tocarlos. Lleva además como Sambenito a “los 43 de Ayotzinapa”, sobre el que se han montado los porros de la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO), para robar, asaltar, saquear y cometer toda clase de delitos, que están tipificados en el Código Penal. Desde hace tres semanas, el gobierno de ALEJANDRO MURAT ha dejado hacer y dejado pasar, emulando a su antecesor GABINO CUÉ: con el miedo cerval a restituirle a los oaxaqueños su derecho a vivir en paz. Ayer vaciaron vehículos de mercancías y como pésimos émulos de Robin Hood, pretendieron curarse en salud, regalando el botín a enfermos y familiares del Hospital Civil “Aurelio Valdivieso” y al Asilo de Ancianos “Los Tamayo”. Eso no los exime de ser ladrones y saqueadores. (JPA)