Crónica Geopolítica. (44) – Las operaciones de Falsa Bandera
Oswaldo GARCÍA CRIOLLO
Los problemas de EU con Venezuela son ideológicos, políticos y económicos. Lo primero porque el Socialismo del siglo XXI tiene un alto contenido anti imperialista. Lo segundo porque el régimen político Chavista que continúa con Maduro ha sido confrontativo con el de la Casa Blanca y tercero por la afectación de los intereses de EU en ese país y la riqueza petrolera. En este año de 2025 que finaliza y con el Presidente Trump en plan belicista, las cosas se han puesto al rojo vivo. Todo apunta a la posibilidad de una intervención armada de EU y para eso los argumentos reales o inventados no faltan.
Por eso hablaremos de las operaciones de bandera falsa a las que han sido tan proclives los EU para provocar conflictos e intervenciones militares.
“De allí es fácil colegir que aunque los motivos de las confrontaciones bélicas pueden ser muy variados y gozar de mayor o menor legitimidad ante la opinión pública y el derecho internacional, detrás de toda guerra hay propósitos ulteriores en los que no solo se juega el control de un territorio sino – y acaso fundamentalmente – la consecución de objetivos en el marco de relaciones de poder entre naciones. Por ello, la procura de una causa para iniciar una avanzada militar sobre un territorio ajeno emerge como opción políticamente válida para reforzar dominios, demostrar fuerza, poder económico o todas esas cosas juntas, como bien lo supo aprender en las postrimerías del siglo XIX la naciente potencia estadounidense y luego habrían de imitar otras”.
Desde entonces, la humanidad ha asistido a la puesta en escena de las llamadas operaciones de falsa bandera. En pocas palabras, según definiciones ampliamente aceptadas, se trata de “una acción hostil orquestada de tal manera que sus autores no parezcan los responsables de ella”, con la finalidad de “atribuir a otras personas la autoría de la agresión” e iniciar así un conflicto u obtener réditos políticos.
Aunque por lo general el objetivo de una operación de esa naturaleza es provocar una reyerta armada, no es el único posible. El más ambiguo y flexible, posibilita otro tipo de acciones, como, las dirigidas a cambiar regímenes políticos que resultan incómodos o marchan a contravía de las dinámicas de poder en un determinado tiempo histórico. Hacer una lista exhaustiva de todas las operaciones de falsa bandera que han tenido lugar desde finales del siglo XIX resulta una empresa acaso innecesaria. En su lugar, conviene poner atención en aquellas que, por sus circunstancias específicas, cambiaron el curso de la historia…
El 15 de febrero de 1898 estalló en llamas el acorazado estadounidense “Maine”.
El buque estaba fondeado desde días atrás en la bahía de La Habana, Cuba, en el contexto de lo que Washington definió como una “visita amistosa” a una de las dos posesiones coloniales que mantenía España en el mar Caribe. El incidente causó el deceso de 266 marineros y fue usado por la prensa de EU, capitaneada por el magnate William Randolph Hearst, para acusar a Madrid de haber volado la embarcación con una mina submarina.
Aunque no se presentó una sola prueba que permitiera corroborar esa versión y aún hay controversias con respecto a la causa de la explosión, el evento sirvió de pretexto para iniciar la llamada Guerra Hispano-Estadounidense en abril de ese mismo año.

El naciente imperio norteamericana se impuso por las armas al debilitado imperio español, que perdió Cuba y Puerto Rico, además de las Filipinas y Guam. La mayor de las Antillas quedó bajo control directo estadounidense, mientras que los restantes territorios se incorporaron de facto a las posesiones de la Casa Blanca. Además, aprovechando su dominio sobre el suelo cubano, Washington se aseguró la concesión a perpetuidad de la Base de Guantánamo.
Esa contienda coincide con la consolidación del territorio continental estadounidense, producto de su expansión hacia el oeste y de la obtención de más de 50% del territorio mexicano tras el fin de la guerra mexico-estadounidense, cuyo origen declarado fue una disputa fronteriza. Así, de la mano de la doctrina del ‘destino manifiesto’ y del ‘Corolario Roosevelt’, a principios del siglo XX, la Casa Blanca intervino militarmente en,
Haití, Nicaragua y República Dominicana bajo diversos alegatos. Estas operaciones le permitieron afianzar su hegemonía hemisférica y evitar que los vacíos dejados por los españoles fueran llenados por otras potencias europeas.
Ha habido muchas operaciones de bandera falsa y no solo de EU sino de otros países, porque como dijera Clausewits: “ la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Y los motivos pueden ser reales o falsos.
(Pilón: Ayudará mucho a la 4T y al régimen el mundial de futbol del 2026. Sigue siendo válido aquello de que “al pueblo pan y circo”. A EU y Canadá también).
