El comentario de hoy, jueves 6 de abril
Cada vez suena con más insistencia la urgencia de construir en Oaxaca un gran pacto social. Una urgente reconciliación, que permita restituir el tejido social. La necesaria suma de voluntades para terminar de tajo con la industria del chantaje; la presión y la extorsión al gobierno de parte de grupos y organizaciones que históricamente han pervivido de la dádiva oficial e insisten en seguir lacerando a la sociedad.
Se requiere una amplia convocatoria. Oaxaca no puede seguir como hasta hoy, secuestrada por dirigentes que le apuestan a la violencia y a la confrontación; a la ruta fácil de obtener prebendas sin importar pisotear los derechos civiles. Alguien dijo hace unos días, no más bloqueos, no más mecanismos de presión, pero también no más ficciones gubernamentales, que tiene que ver con la soberbia de algunos funcionarios públicos, que con su apatía y cerrazón, hacen crecer de manera innecesaria los problemas sociales.
No es posible que por un asunto de litigio postelectoral; un tema doméstico que debe resolverse en las instancias jurisdiccionales, como fue el caso de San Dionisio Ocotepec, la semana pasada, los inconformes hayan cerrado la carretera 190 y hayan mantenido ahí varados por días enteros a miles de automovilistas. Acciones como éstas deben ser castigadas conforme lo dispone la ley. Tampoco son acciones civilizadas dañar de manera premeditada, siglos de historia que están representadas en nuestros edificios públicos; en nuestro patrimonio
edificado; en las canteras milenarias que nos llenan de orgullo.
No podemos estar secuestrados por vándalos normalistas; por grupos indígenas beligerantes o por comuneros, que arremeten de manera cobarde y en montón, en contra de empleados de gobierno, que ninguna culpa tienen de las omisiones de sus superiores jerárquicos. Tampoco podemos estar a merced de transportistas violentos, que por pago de facturas entre sus dirigentes, amenazan, amagan, descalifican y nos dan una dosis diaria de enfrentamientos y chantaje.
Para construir ese gan pacto social, hay quienes tienen que despojarse de sus ambiciones personales, de sus intereses de grupo y del futurismo atolondrado. Se trata de salvar a Oaxaca, que cada día se sumerge en un bache de ingobernabilidad y desprecio por los derechos de los demás. Partidos políticos, organismos civiles, organizaciones sociales, fundaciones, clubes de servicios, organismos no gubernamentales, etc., deben contribuir, desde su propia perspectiva, a evitar que nuestro estado, que mucho ha aportado a la construcción del México moderno, siga motivando el escanio público y el calificativo de ingobernable. (JPA)