CNTE/Sección 22: Enemigos de los medios
Los fanáticos afiliados a la CNTE/Sección 22, se regodean a menudo, al enarbolar como estandarte de su lucha bastarda, la libertad de expresión. Tienen una forma torcida de ver la tolerancia. Agreden, conculcan, extorsionan y limitan las libertades del resto de la sociedad, bajo la premisa de que la lucha por mantener sus privilegios, es lo único que vale. El ejemplo más acabado de su agresión a la sociedad son los bloqueos carreteros. Sin embargo, ante el menor asomo de intervención policial, gritan, vociferan y se rasgan las vestiduras al asumirse víctimas de la represión. Son eternos dolientes. Las víctimas perpetuas. Las Hermanitas de la Caridad que sufren los golpes.
Su lucha tiene un ingrediente adicional: es cobarde. Embozados o enmascarados, agreden en multitud. Hace un par de semanas agredieron a sus mismos compañeros y compañeras. Humillaron y vejaron a maestras. Y lo han hecho con absoluta impunidad. Los nombres de los cobardes circularon profusamante: NICOLÁS DANIEL ROSAS IBÁÑEZ, director de una telesecundaria; ROBERTO MARTÍNEZ PACHECO y LUCIO MARTÍNEZ SÁNCHEZ, maestros de dicho sistema en Tuxtepec y San Antonio Huitepec, respectivamente.
El jueves se lanzaron sobre nuestro compañero y amigo, MARIO JIMÉNEZ LEYVA, foto-reportero del diario “Noticias”, cuando tomaba fotos del incendio de la propaganda de La Guelaguetza. Editores, reporteros, columnistas y la sociedad civil en general condenó dicha agresión, porque representa una afrenta a la libertad de expresión y se conculca el derecho a la información. La diputada y presidenta de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura del Estado, NATIVIDAD DÍAZ JIMÉNEZ, hizo lo propio, al considerar que dicha agresión no debe quedar impune.
El revire vino de inmediato. No sólo los compañeros de los medios locales manifestaron su repudio a la agresión de “El Pelón”, JIMÉNEZ LEYVA y ofrecieron vetar la información del Cártel-22, sino que ayer, un grupo numeroso de presidentes municipales y padres de familia hicieron un llamado en una carta abierta publicada en los diversos medios, para que juntos enfrentemos a ese cáncer social denominado magisterio. Ya nadie quiere saber nada de maestros ni nada parecido. Se ha incubado un justificado odio, encono y hartazgo que la simple mención de la CNTE/Sección 22, genera repudio. Los maestros perdieron desde hace mucho no sólo el respeto sino su base social de apoyo. El boomerang está en camino. Los daños y perjuicios causados a una sociedad inerme tendrán un alto costo. Al tiempo. (JPA)
