CNTE: El ultimátum de Osorio Chong
Ningún oaxaqueño, en su sano juicio, pese a tener en familia algún maestro o maestra, habrá de aplaudir los excesos, los abusos y atropellos cometidos en los bloqueos carreteros. Hasta el más ignorante ha padecido sus efectos. ¿No se presume que el discurso de la Sección 22 y de sus aliados, es siempre a favor de los pobres, de los desprotegidos, de los explotados? Pero a quien los sustitutos de RUBÉN NÚÑEZ y FRANCISCO VILLALOBOS y los seguidores de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, le han roto el alma es precisamente a los más jodidos. Han paralizado la economía; el tránsito vehicular; las corridas de autobuses; el comercio en los mercados; la distribución de alimentos y medicinas; generado el mercado negro de gasolina, etc., poniendo como fondo de la negociación con la Secretaría de Gobernación, el chantaje y la cerrazón.
El tema de la Reforma Educativa -¿no acaso era éste el tema central, que movió a la CNTE/Sección 22, a montar bloqueos y la suspensión de clases?- quedó rebasado por completo con asuntos de índole política. El affaire Nochixtlán le dio más armas al magisterio, a los infiltrados de la guerrilla, a los vividores de la dádiva gubernamental y a los diablos con sotana, entre otros especímenes, pues tomaron como bandera los muertos –que no fueron maestros- la mayoría de ellos por disparos de arma de fuego, cuyos autores intelectuales se habrán de buscar no solamente entre las policías, sino entre los violentos y enfermos que participaron en estos hechos criminales.
Si bien es cierto que el gobierno federal se abrió al diálogo, habida cuenta de que una reforma hecha ley no la puede echar atrás en ejecutivo, también es cierto que no hubo reciprocidad en la CNTE/Sección 22, para terminar con los bloqueos. Era un abierto desafío no al Estado –que podía ser justificado- sino al pueblo; a los diversos sectores sociales; a la ciudadanía; a los más pobres. Miles y miles de damnificados hay, que hoy que en silencio han validado el ultimátum: albañiles, tortilleras, peones, cargadores, etc., es decir, los más pobres.
Desde el pasado jueves, el senador ROBERTO GIL ZUARTH, de origen oaxaqueño, advirtió que el Senado de la República avalaría el uso de la fuerza para despejar las carreteras tomadas. La misma Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pidió no seguir dañando a la ciudadanía inerme. La CNTE/Sección 22 se fue quedando aislada en su soliloquio. Nada hizo comprender a los empecinados mentores y sus cilindreros violentos. El diálogo se rompió y creemos que la advertencia de OSORIO CHONG no es un juego. (JPA)