Campañas: Hartazgo ciudadano
“Para conseguir lo que deseaba, tenía la idea de que
el camino más corto era el perjurio, la mentira y el engaño”
Jenofonte, Anábasis, Libro II, 22-23, p. 81
1).- Y sigue el suplicio
Por lo visto, la ley electoral se ha relajado demasiado o a partidos y aspirantes les vale gorro cumplirla. O, más bien, los órganos electorales y jurisdiccionales: INE o IEEPCO; TEPJF o TEEO, están sometidos por la aplanadora de Morena o por los dardos punzantes de la mañanera. El caso es que han sido omisos ante la asfixiante publicidad de aspirantes, soñadores (as), oportunistas, trepadores (as), chaqueteros (as) y desconocidos (as) –nadie sabe qué jabón los patrocina o en qué callejón espantan- que anhelan montarse a un cargo de elección popular.
Nuestro estado está, por donde quiera que le busquemos, tapizado de nombres, membretes o fotografías. La basura electoral nos ahoga, nos asfixia. La diputada local Liz Arroyo nos ha avasallado con su foto en medallones de taxis, camiones, espectaculares, etc., en la capital; su adversario en el mismo partido, el ex panista Luis Alfonso Silva Romo, no se ha quedado atrás. En el Istmo se lleva las palmas Antonino Morales Toledo que, desafortunadamente nunca ha crecido y está a punto de ser avasallado por Benjamín Robles, franquicitario del PT que, con el mayor cinismo, se pintó de Morena. El tiradero de dinero es inédito, porque no hay quien les exija rendir cuentas.
2).- ¿De dónde?
Si partimos de la premisa de que político que gasta de su bolsillo es “contra natura”, la pregunta es: ¿y quién o quiénes han financiado ese derroche millonario del que, los citados organismos electorales no han informado? El temor de que grupos criminales y sus ramificaciones se infiltren en las campañas, con dinero sucio para publicidad y repartir dádivas, puede ser una realidad. Grupos de interés van en pos de cobrar esos apoyos y, tras bambalinas, empujan a sus favoritos, alentando la guerra sucia contra los adversarios reales o potenciales. Las redes sociales y plataformas digitales han sido el medio idóneo para el descrédito, la calumnia y la desinformación. Los tirones y jalones en la candidatura por Oaxaca de Juárez, ha sido el ejemplo más acabado de la cena de negros en que se ha convertido la disputa interna en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
3).- Civilidad: ¿Pero cuál?
Para Roderic Ai Camp, estudioso de la política en México, durante su larga hegemonía, el PRI y su relación con los procesos electorales, “moldeó las funciones, estructuras y hasta vicios del resto de partidos”. (Metamorfosis del liderazgo en el México democrático, FCE, México, 2012, p. 57). Sin embargo, en materia de abusos y excesos, Morena parece haberlo superado. Sus aspirantes se han enfrascado en una disputa brutal por las candidaduras. Han tomado a sus correligionarios (as) como si fueran adversarios (as). Y usan todos los medios posibles para desacreditarlos (as) y hasta injuriarlos (as).
Y es que en el partido en el poder, todo apunta a que no sólo hay recursos suficientes para pagar activistas y matraqueros, sino también para sufragar, tras bambalinas, el descrédito al de enfrente. En el PRI, el PAN y en otros partidos, la indigencia ha mostrado su cara más civilizada. Aunque ello no es arrío de banderas de los codazos y patadas internas. Se pegan y muerden entre sí. Ya vimos la inminente desbandada que se alista en la bancada tricolor. ¿Hacia los nuevos depósitos de cascajo, PVEM o MC? Obvio, hoy nadie asimila el reparto de posiciones desde oficinas de Polanco. Antes lo aplaudían. No obstante, “el cúmulo de información con la que se bombardea al imaginario colectivo, impide cualquier proceso de civilidad y sensatez”. (H.M. Enzensberger, Ensayo sobre las discordias, Anagrama, Barcelona, 2016, p. 144).
4).- Desencanto y abstencionismo
Lo grave es que si bien el y las presidenciables están en un impasse llamado inter-campañas, el suplicio ciudadano no termina. Es decir, se abre un nuevo capítulo en esta democracia mexicana ficticia y onerosa. Es una elección de Estado, como antes lo fueron las del PRI, aunque con Morena no se respeta nunguna regla. Tampoco se ha reparado en el desencanto ciudadano. Y es que, aunque miles de jóvenes hayan atiborrado los módulos del INE para obtener su credencial de elector por primera vez, es más para tener el documento que valide su ciudadanía que para volcarse en las urnas. Hay pues, una percepción lastimosa y patética de la clase política, pero más aún del sistema de partidos políticos. El fantasma del abstencionismo sigue detrás de la puerta.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— Más que arremetidas mediáticas, el Consejero Jurídico, Giovany Vásquez Sagrero, debe emprender una batalla legal contundente, contra algunos íconos históricos del Cártel del Despojo –que ahora se asumen pulcros y sin mácula- en el tema de los terrenos de Triplay y Novopan de México. Obvio, “algo podrido huele en Dinamarca”-W. Shakespeare dixit-. Con más de 20 años en el negocio, tienen tablas y mañas.
— En donde no se midió Vásquez Sagrero, es en la designación del esposo de la ex titular del Registro Civil, Dulce Belén Uribe, en el mismo cargo. Nepotismo aquí y en China es corrupción. ¿Éste es acaso un régimen patrimonialista, coto familiar o una pseudo monarquía constitucional?
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