ASE: Un elefante blanco… familiar
Desde su creación, la Auditoria Superior del Estado (ASE), entonces al mando de LIZBETH CAÑA CADEZA, fue un verdadero elefante blanco. No hay antecedentes de algún presidente municipal de los 570 tanto elegidos por el sistema de partidos como de usos y costumbres, que haya sido puesto en prisión por peculado, desvío de recursos o falta de comprobación del gasto público. Menos los ha habido sometidos a procesos resarcitorios. Los ediles le meten la mano al cajón del erario de manera indiscriminada, entrando al cargo con una mano adelante y otra atrás y terminando hechos unos potentados.
Las cosas no mejoraron sino que empeoraron con el arribo de CARLOS ALTAMIRANO TOLEDO. Al inicio de la gestión de GABINO CUÉ, el primero de diciembre de 2010, como reciprocidad a la participación del PRD en la coalición que lo llevó al triunfo, el originario de Asunción Ixtaltepec fue designado por el ejecutivo estatal, titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (SEDESOH). Poco tiempo tardó al frente. Este economista egresado de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y compañero de banca del ex presidente ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN, no tenía ni remota idea de lo que era la política social. Su perfil ha sido, hasta hoy, de un administrador. Su paso por Los Pinos, como director administrativo de la Presidencia, así lo pintan.
Ante ello, CUÉ MONTEAGUDO lo propuso como titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE) para poner a prueba su experiencia. Pero resultó peor. ALTAMIRANO TOLEDO lleva como sombra perniciosa a su esposa: DALIA BÁEZ, que es el poder tras el trono en la ASE y la ha llenado de familiares. La dama grita, vocifera, amenaza y trae al marido a raya. Dada al protagonismo y el escándalo, no han sido pocos los desaguisados dentro y fuera de la dependencia que, se presume, verifica el manejo administrativo de los ayuntamientos del estado. Esta situación ha propiciado la corrupción galopante que se vive ahí. Hay quienes afirman que los mismos auditores, como ERNESTO ICAZBALCETA y subordinados, tienen despachos contables, en donde resuelven en un tris los expedientes de ediles corruptos u opacos.
¿Resultado? Pese a las denuncias ciudadanas de enriquecimiento inexplicable, desvío de recursos y otros en que incurren a menudo algunos ediles, nada pasa. A cambio de una módica suma que va de los 100 hasta los 300 mil pesos, aquellos expedientes que pueden tener tras de sí procesos resarcitorios, de inhabilitación o incluso, repercusiones penales, pasan limpios Así, las corruptelas van aparejadas con la impunidad de los ediles. (JPA)