Politica de suma cero 

AMLO y las “demandas” del Cártel-22

La gira del guía moral del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, por el Istmo de Tehuantepec, la costa oaxaqueña y los Valles Centrales, fue ad hoc para que algunos miembros distinguidos de la Sección 22 mostraran el oportunismo más silvestre. El primero que sacó la cabeza para pedir ser el delegado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el estado, fue el ex dirigente AZAEL SANTIAGO CHEPI, que en las veces que ha sido nominado para la diputación ha perdido. No sólo arrastra una mala fama sino además, se le liga con el Virrey del antiguo régimen, JORGE CASTILLO DÍAZ, con quien compartió algunos negocios durante su permanencia en la dirigencia de la Sección 22, como fue la adquisición de seguros de vida de los más de ochenta mil maestros.

Aparecieron asimismo, las demandas de dos especímenes de la podredumbre magisterial: IRÁN SANTIAGO MANUEL, miembro distinguido de “Los Pozoleros”, aquel grupo que se vinculó con el ex gobernador ULISES RUIZ y con el actual Subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la SEDESOL, EVIEL PÉREZ MAGAÑA. Éste quiere ser diputado, pero no quiere hacer campaña. Pide estar en la lista plurinominal. En la misma tesitura está GUSTAVO SOSA MANZANO, emparentado con RAFAEL VICENTE RODRÍGUEZ ENRÍQUEZ, ya fallecido, vinculado a grupos en la clandestinidad, concretamente con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Hay otros que sólo quieren la diputación local, como JORGE ARAGÓN MARTÍNEZ, conocido en su tierra natal, la Villa de Zaachila, como “El Payaso”, caracterizado por su radicalismo que siempre explotó en la radio pirata que opera la Sección 22 y LUIS FERNANDO CANSECO GIRÓN, un viejo cartucho quemado del Cártel-22, el cual dirigió hace al menos quince años. En los últimos años ha simpatizado con el grupo de “Los Pozoleros”, operando como un sicario de la llamada “lucha social”.

En opinión de conocedores de la realidad política, poco puede esperar LÓPEZ OBRADOR, con candidatos y acompañantes como éstos. El magisterio oaxaqueño está desprestigiado y es identificado como uno de los ejes de hartazgo social. La simple mención de estos especímenes ha generado repudio social, pero más su oportunismo, pues en sus consignas no se cansan de desacreditar a los representantes populares y hoy quieren emular a ZENÉN BRAVO CASTELLANOS, aquel radical del 2006, que fue silenciado por completo cuando logró una curul en el Congreso local. (JPA)

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