AMLO: Justificar a Cártel 22, pésimo mensaje
POLÍTICA DE SUMA CERO
El sábado pasado, 16 de junio, el candidato de la coalición “Juntos haremos historia”, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, cerró su campaña política en Oaxaca. Miles de seguidores se dieron cita y, obviamente, algunos de ellos fueron destinatarios de fotos, mensajes y hasta anuncios de designación en su gabinete. Sin embargo, el mensaje que AMLO envió al pueblo oaxaqueño, en lo que fue una defensa patológica, preñada de ignorancia, del Cártel 22, motivó los comentarios más negativos. Dijo que no hay que satanizar a los maestros; que basta ya de descalificarlos. Obviamente, LÓPEZ OBRADOR los tiene en la bolsa. Las eternas víctimas se asumen protegidas; su victimización validada por quien ya se asume presidente de México.
El mismo AMLO constató a su llegada al Aeropuerto de Santa Cruz Xoxocotlán, el aberrante bloqueo a las entradas por parte de grupos menores de mentores. Los citadinos hemos estado secuestrados durante tres semanas que ha durado el paro loco, con un insignificante 6% de la membresía, ya que según datos del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), cerca del 94% de las escuelas y maestros, labora normalmente. Las afectaciones a la economía, la paz social, la gobernabilidad, no se pueden cuantificar. El Centro Histórico está secuestrado por normalistas y mentores que tienen un plantón fantasma. Ahí prevalece la podredumbre, la suciedad, la simulación.
AMLO no sabe, obviamente, que durante 38 años que lleva con esa política de agresión al pueblo, el llamado Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca (MDTEO), ha socavado la educación que imparte el Estado, la estabilidad política y social –como fue en 2006-; que se ha convertido en un movimiento que raya en la delincuencia: robo de carros de mercancía, asaltos en casetas de cobro, cierre ilegal de gasolineras y centros de distribución de PEMEX, bloqueos carreteros, a centros comerciales, bancos y negocios trasnacionales. Obvio: “El Peje” no lo sabe. No lo ha padecido. No ha pasado horas dentro de su vehículo en un bloqueo a casetas.
Sin duda, los discursos de LÓPEZ OBRADOR están permeados de dualidad, doble moral, de retruécanos convenencieros y urgencia de sumar a su causa. ¿Qué le espera con este gremio parasitario, ideológicamente atrasado, sin ideas o perdido en la prehistoria de los movimientos sociales, pero sobre todo, que ve con un profundo desprecio e irresponsabilidad su misión de apóstol del conocimiento y la ciencia? Al tiempo. (JPA)