AMLO, Gurrión y la historia del Camaro rojo
Por lo visto, en su desesperación por cuajar algo para el proceso electoral del 2016, el “priista” SAMUEL GURRIÓN MATÍAS, no ve pelos ni tamaños. Primero realizó una ostentosa precampaña, en el entorno de su III Informe de Labores legislativas, que vendió su imagen como si fuera detergente biodegradable o remedio para las agruras. Invadió el estado con espectaculares y a taxis de grupos aliados los pintarrajeó hasta el delirio. Recorrió la entidad dando dádivas. Pantalones de mezclilla, estufas ecológicas, etc. Muchos nos preguntamos ¿de dónde tanta ostentación? Luego vinieron las encuestas. Se asumía como EVIEL PÉREZ MAGAÑA: el más posicionado. Mucho se dijo que el gobierno de GABINO CUÉ lo estaría utilizando como peón, para pulverizar el voto a favor del PRI.
No obstante, en las últimas semanas, sobre todo después de la renuncia de ALEJANDRO MURAT al INFONAVIT y la solicitud de licencia de EVIEL, la desesperación hizo mella en el empresario istmeño, quien hace días fue prácticamente desnudado por la prosa indiscutible de su paisano istmeño, ANASTASIO GUTIÉRREZ, conocido como “Tacho Canasta”. SAMY GURRIÓN decidió ir a tocas otras puertas, en busca de alguien que le ayude a paliar el gusanito de querer ser gobernador. Y se propuso tocar la de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, “Guía moral y dirigente de facto” del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Despojado de toda moral, lealtad o principios, se dispuso a llegar a “El Peje”, a cualquier costo.
Para este efecto, usó los buenos oficios de una paisana juchiteca, cercana a los afectos personales del tabasqueño: BIBIANA CAMACHO LÓPEZ, que lo llevó con AMLO a quien le vendió su oferta: “Con SAMY GURRIÓN, MORENA triunfa en Oaxaca”. El “conecte”, “el cabildeo”, obviamente no iba a ser de a grapas. Adquirió en una agencia automotriz de Polanco un lujoso Chevrolet/Camaro, de color rojo, último modelo, que se dice habría sido el obsequio para agradecer los encantos con los que CAMACHO LÓPEZ, doblegaría la voluntad del “Orate de Macuspana”. No será pues una sorpresa que el candidato original de AMLO, SALOMÓN JARA CRUZ, que también tiene cuentas pendientes con la Contraloría Estatal, luego de su controvertido paso por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura (SEDAFPA), tuviera que replegarse ante un priista que prácticamente compra la candidatura. Como dijimos antes: la obsesión de gobernar Oaxaca ya no está dentro de los parámetros de la ventaja política sino de la patología. (JPA)