Politica de suma cero 

Ahora el PRI ya tienen a su PAN

Entre las devastadas filas del Partido Acción Nacional (PAN), había un temor hasta el día de ayer, cuando se realizó el proceso de elección del nuevo Comité Directivo Estatal: que el doctrinario y ortodoxo partido fundado por MANUEL GÓMEZ MORÍN se convirtiera en un apéndice del PRI. Sin duda alguna, el PAN se desdibujó durante los últimos años. De ser la segunda fuerza política en la entidad, se fue hasta el cuarto lugar. Y el problema no fue de la falta de liderazgo de JUAN MENDOZA REYES, que se mantuvo al frente al menos los últimos cuatro años, sino los golpes bajos al interior: traiciones, deslealtades y fuego amigo, que el mismo MENDOZA REYES no pudo contener.

El triunfo de LUIS DE GUADALUPE MARTÍNEZ RAMÍREZ, ex edil de Huajuapan de León y beneficiario abierto de regímenes priistas, vuelve a poner en un brete al blanquiazul. Se advierte que el PAN trabajará abiertamente para el gobierno y el PRI. Y las pruebas las veremos en unos días. Fuentes cercanas advierten un “cochinero” en la elección; la posible compra de votos; la manipulación del padrón de panistas, cada vez más reducido. En fin. Quedó atrás la posibilidad del partido para renovarse, de convertirse de nuevo en una fuerza política y retomar sus principios. Pero no.

Visto en perspectiva, tanto JOSÉ MANUEL VÁSQUEZ CÓRDOVA como NATIVIDAD ANTONIA DÍAZ JIMÉNEZ, ésta última con el sello indeleble de MENDOZA REYES, podrían haberlo logrado sin grandes aspavientos. Pero se impusieron las maniobras de la vieja escuela priista: las trampas y la simulación democrática. En estos tiempos no se requieren adversarios políticos; partidos que realicen una oposición real; dirigentes que pongan en tela de juicio lo que se hace mal, sino de lacayos serviles que sólo quemen incienso y desde sus tribunas hagan apologías del régimen en turno.

LUIS DE GUADALUPE era el menos indicado para encabezar los destinos del PAN. Su servilismo lo lleva a la directiva estatal, sólo para convertir al albiazul en un lacayo del PRI y seguirlo hundiendo en el ánimo no sólo de los mismos panuchos, sino de un electorado cada vez más impredecible y fugaz. Los padrinos y promotores del nuevo dirigente pueden estar satisfechos: maniobraron la elección a modo; con trampas y con métodos arcaicos auque eficaces. No dudemos que la farsa se fraguó desde la ciudad de México. A espaldas de los panistas; en la tenebra del futurismo político. El resultado está a la vista. Al fin pues, el PRI ya tiene a su PAN. (JPA)

 

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