Opinión 

Xochimilco: la disputa por el atrio por Isidoro YESCAS

tianguis xochimilco

Isidoro YESCAS

En marzo de este año un grupo de vecinos y no tan vecinos del barrio de Xochimilco, fieles discípulos  de un moderno fariseo  llamado  Miguel Agüero, solicitaron a la Secretaría de Gobernación y al INAH la expulsión del  atrio del templo de  decenas de productores y expendedores de alimentos, textiles y artesanías  de los pueblos originarios de la entidad que desde el 2010 se instalaron en ese lugar como parte del Plan de Pastoral Social promovido por el párroco Wilfrido Mayrén , mas conocido como el Padre Uvi. Con falsedades y verdades a medias los quejosos argumentaron que dicho “tianguis” atentaba contra la seguridad, salud, moral (sic), tranquilidad, orden público  y libre tránsito de los vecinos del barrio de Xochimilco.  Sin  aportar elementos de prueba, en su escrito los quejosos acusaron también que los  integrantes de este proyecto agroecológico   habían provocado “daños severos a la estructura del templo “, que dicho sea de paso data del siglo XVII y como tal goza de la protección y resguardo legal del INAH y otras autoridades federales.

Un mes después, con   una asombrosa e inédita celeridad ,el Coordinador Nacional de Monumentos Históricos del INAH, Arturo Balandrano, ordenó al Instituto de Administración de Avalúo de Bienes Nacionales (INDAABIN) para que suspendiera el “tianguis”,  orden que se consumó el pasado 19 de abril.

En respuesta a la queja y requerimiento de las autoridades federales, el párraco del templo y apoderado legal de la Arquidiócesis de Oaxaca, Wilfrido Mayrén, respondió a cada uno de las presuntas irregularidades que dieran origen a la clausura del proyecto aclarando que:

  • A partir de que se hiciera cargo de la parroquia en el año del 2010 promovió y coordinó una serie de actividades orientadas a mejorar las instalaciones del templo , la casa parroquial y la parte limítrofe con el panteón, refiriendo como  uno de sus logros más importantes la remodelación y embellecimiento del atrio del templo, actividad que, previa autorización del INAH, se llevó a cabo en el 2013  con el apoyo económico de la Fundación Alfredo Harp Helú , del maestro Francisco Toledo y de un nutrido grupo de católicos y católicas de la parroquia.
  • Las actividades que el padre Uvi lleva a cabo en la parroquia (que no solamente incluye al barrio de Xochimilco sino a otras colonias aledañas) incluyen de manera preponderante actividades de culto religioso pero también el altruismo social y humanitario, utilizando para ello el atrio del templo para llevar a cabo con diversos grupos sociales y religiosos retiros, talleres, encuentros, kermeses y otras tareas  que forman parte de su Plan Parroquial de Pastoral , entre las que destacan  la exposición y venta de alimentos orgánicos, artesanías y textiles de diversas regiones del estado.
  • En su escrito ,fechado el 28 de abril, el padre Uvi niega el mal uso que pudiera darse al atrio del templo, de cuyo cuidado y mantenimiento  coloca como testigos a los propios feligreses y  a los directivos de la Fundación Harp Helú  , y reta a quienes lo acusan de tales hechos a demostrar la existencia de daños estructurales a este inmueble catalogado como patrimonio cultural e histórico de la nación. Asimismo, lamenta  que una decisión precipitada del INAH diera lugar a la clausura del proyecto “Pochote Xochimilco”,  que se ha convertido no solamente en un espacio de mercadeo de productos agroecológicos sino en un centro de convivencia de fines de semana de un buen número de oaxaqueños y oaxaqueñas.

Si todo está en orden, y existe disposición de los hombres y mujeres que forman parte del proyecto hoy clausurado para, como dijera el clásico, corregir lo que se tenga que corregir, y colaborar con el barrio, ¿por qué un grupo de vecinos y no tan vecinos sorprendieron al INAH con un escrito en donde en su mayor parte se falta a la verdad?

Una línea de explicación se encuentra en la vocación patrimonialista  y conservadora de algunos de los  líderes “históricos” del barrio, especialmente  del señor Miguel Agüero, quien  antes  que el padre Uvi se hiciera cargo de la parroquia solía “tirar línea” y supervisar todas las actividades del párroco en turno y, gracias a este poder terrenal, disponía a su antojo del uso del atrio, lo mismo para actos religiosos y paganos y hasta para que sus hijos lo utilizaran como cancha deportiva.

Quienes hoy están al frente del Comité de Vigilancia Vecinal (CONVIVE) del barrio de Xochimilco son harina del mismo costal y su trabajo de fiscalización y supervisión de lo que debe y no debe hacerse en el barrio rebase con creces las atribuciones que el reglamento municipal otorga a este tipo de  organización vecinal.

Por ahora lograron sorprender a las autoridades del INAH con argumentos falaces que derivó en la clausura del  “Pochote Xochimilco, sin embargo el litigio sigue su curso pues tanto la Arquidiócesis de Antequera como los católicos de la parroquia ,y quienes forman parte del proyecto mencionado, recurrirán a las vías legales y a la denuncia pública para deslindar responsabilidades y frenar los abusos de poder de quienes indebidamente se inmiscuyen en asuntos de la iglesia y, todavía , se asumen como juez y parte.

Twitter: @YescasIsidoro

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