Opinión 

SSO: Ruido, incertidumbre y caos.

Isidoro YESCAS

Hay mucho ruido mediático y político y al mismo tiempo incertidumbre laboral en el caos que hoy vive Oaxaca luego que el gobierno del estado, por conducto del Secretario Juan Díaz Pimentel, tomara la determinación de despedir a cientos de trabajadores de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO).

Llama mucho la atención que la decisión de proceder a una limpia parcial de una institución saqueada en forma sistemática desde el gobierno de Ulises Ruiz se hubiese tomado hasta ahora y precisamente en un año electoral. Y tampoco ha pasado desapercibido que el personaje encargado de dar el sorpresivo golpe ya hubiese desempeñado el cargo en dos ocasiones anteriores, la primera vez durante el gobierno de José Murat y la segunda con Ulises Ruiz.

En esta larga historia de saqueos, impunidades y complicidades de líderes sindicales con funcionarios de alto nivel de los SSO hay más de un responsable, pero extrañamente nada se ha dicho de las autoridades federales y estatales que desde tres sexenios atrás, pero sobre todo a partir del 2005, prohijaron o toleraron, o ambas cosas a la vez, todo tipo de irregularidades y violaciones legales en la contratación de trabajadores  de todos los niveles, incluyendo médicos especialistas, amén del desvío de recursos para campañas políticas y beneficio personal.

Hector Matus Martínez, Rafael Aragón Kuri, Martín Vásquez Villanueva y el mismo Juan Díaz Pimentel (y no se diga Germán Tenorio, ahora encarcelado), conocieron y suscribieron un sinfín de acuerdos labores, administrativos y económicos al margen de las normatividad federal y estatal en materia presupuestal con las dirigencias sindicales de los SSO y que con el paso del tiempo contribuyeron a colapsar las finanzas de esta insititución.

Sin embargo a pesar de que esta crisis se agudizó desde el  sexenio pasado nada se hizo para remediarlo y, al contrario, se mantuvieron las mismas prácticas y, todavía, se multiplicaron los casos corrupción al punto que con el regreso del PRI a la gubernatura una primera medida profiláctica fue investigar y castigar los abusos de Germán Tenorio y otros exfuncionarios de la administración gabinista.

Con legislaturas a modo, generalmente controladas por las bancadas del PRI, las auditorías y revisión de cuentas públicas practicadas durante los gobiernos de Ulises Ruiz y Gabino Cué más que revelar desvíos o malos manejos solamente encubrieron todo el estiercolero liberando de toda responsabilidad a los titulares y operadores administrativos y financieros de los SSO.

Por eso hoy no resulta creíble que uno de los hombres más controvertidos del muratismo y quien, entre verdad y broma, ha dicho que es incalumniable (“todo lo que se dice de mí es cierto”) se proponga, con la venia del jefe del poder ejecutivo, sanear las finanzas y poner orden en una Secretaría en donde lo mismo él que sus predecesores y sucesores poco o nada hicieron  para evitar que los servicios de salud en la entidad se fueran a pique por tantos abusos, complicidades  e impunidad.

Es cierto que deben revisarse y depurarse la o las nóminas del personal adscrito a todas las dependencias de los SSO, porque “aviadores” y nóminas apócrifas existen ahí al igual que en otras secretarías del gobierno del estado, pero la limpia debe ser pareja y con total respeto a los derechos de los trabajadores. Primero despedir y luego “viriguar” y corregir errores no ha sido lo mas sensato ni políticamente correcto porque abrió la puerta a todo tipo de inconformidades y protestas que para la próxima semana podrían  escalar y, de nueva cuenta, paralizar a la ciudad capital y las dependencias del gobierno del estado .

Aunque quien o quienes resulten responsables del quebranto financiero de ésta Secretaría deben ser investigados y castigados, iniciar una cacería de brujas como ahora pretende el gobierno del estado para intentar sofocar lo que ya se advierte como un movimiento de las bases sindicales que está rebasando a los viejos  liderazgos de la sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, y sus otras expresiones minoritarias, puede no solo complicar sino prolongar un conflicto que ya ha involucrado a otros actores sindicales y políticos.

Tan grave y lesivo ha resultado para la población en general que el Hospital Civil y todo el sistema de salud en la entidad esté semiparalizado por determinación de los trabajadores, como el hecho mismo que desde el gobierno del estado se cierren las puertas del diálogo y, todavía, se  amague con la mano dura, prolongado así el conflicto.

Y para poner las cosas en claro y a cada quién en su lugar tal vez ya va siendo hora que se lleve a cabo un amplio ejercicio de transparencia y rendición de cuentas en los SSO: porque al final de cuentas lo que está detrás del colapso financiero de ésta institución y el conflicto sindical y político es la opacidad, discrecionalidad y corrupción de ayer y hoy.

@twitter: @YescasIsidoro

Enero 29 del 2018.

 

 

 

 

 

 

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