Reforma educativa ¿intocable? – Isidoro YESCAS
Isidoro YESCAS
Aun cuando en los hechos tanto el SNTE como la CNTE ya abrieron un proceso de negociación con la SEP y la SEGOB, respectivamente, para revisar los puntos de controversia de la Ley General del Servicio Profesional Docente (fundamentalmente en lo que corresponde al proceso de evaluación y sus efectos adversos a los derechos laborales del magisterio nacional), el gobierno federal insiste en negar que la reforma educativa será suspendida o derogada, como lo exige la CNTE.
Todas las señales del gobierno federal (SEP y SEGOB) y del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) apuntan a una revisión, y reconsideración, en su caso, de los aspectos mal aplicados de la reforma educativa, o que de plano han lesionado los derechos laborales de los trabajadores de la educación. Sin embargo, por razones estrictamente políticas, se insiste que Ley General del Servicio Profesional Docente no está sujeta a negociación y que tampoco se aceptará su derogación.
Pero todo parece indicar que, aún cuando oficialmente no se levante acta de defunción de la reforma educativa, ya la cuenta regresiva se inició desde dos frentes: por el lado de la CNTE a través de las tres mesas que ya consiguió que se instalen para revisar el tema educativo, político y social en donde no solamente se agendarán asuntos de interés general para el magisterio sino también demandas específicas de las comunidades y grupos sociales cercanos al magisterio disidente. Por parte del oficialismo sindical representado por el SNTE también se ha hecho énfasis en eliminar el carácter punitivo de la evaluación docente y en respetar y restituir derechos laborales del gremio magisterial nacional.
Otra señal enviada desde la misma SEGOB para avanzar en la solución del conflicto magisterial y valorar modificaciones sustanciales a la reforma educativa es el papel de mediador que ahora jugará el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, para que las fracciones parlamentarias de la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores dialoguen con la CNTE, petición que inicialmente se había negado a atender.
Inclusive, ya la SEGOB se ha comprometido a “respetar los resultados” que pudieran derivarse de estos encuentros entre representantes de la CNTE con legisladores, tarea en la que por cierto ya se ha avanzado con las fracciones del PRD, Morena y PT, cuyos coordinadores se han pronunciado por trabajar en una iniciativa de nueva ley educativa consensada con el magisterio, expertos en la materia y sectores representativos de la sociedad.
Sin embargo esta señales de distensión y disposición gubernamental para negociar lo que hace poco menos de un mes parecía innegociable no parecen suficientes para la CNTE, y especialmente para la sección 22 del SNTE que, contrariamente a sus homólogos del vecino estado de Chiapas, se resisten a poner fin a los bloqueos carreteros, pese a las inconformidades ciudadanas y los daños que provocan a la población en general.
Mal que bien el ciclo escolar en educación básica ha concluido de tal suerte que la suspensión de actividades docentes ha quedado sin efecto, sin embargo en la medida que las negociaciones no se traduzcan en acuerdos inmediatos el conflicto persistirá, aún cuando pudieran disminuir la intensidad de las protestas.
Es buena noticia que a dos meses de iniciado el conflicto finalmente el gobierno federal se siente a negociar con la CNTE, sin embargo habrá que esperar todavía un tiempo prudente para que las mesas de trabajo ya instaladas en la SEGOB no se constituyan en una maniobra oficial para administrar el conflicto sino para establecer acuerdos que, más allá de los intereses políticos y gremiales del magisterio, abran las puertas a un debate ciudadano sobre el presente y futuro de la educación pública en Oaxaca y en todo México.
Isidoro.yescas@gmail.com
Julio 14 del 2016.