Prometer no empobrece – Isidoro YESCAS
Isidoro YESCAS
A diferencia del primer informe de gobierno, que tuvo un gran cobertura mediática y despertó interés de la opinión pública,el sexto y último ya será de mero trámite: un enviado del jefe del poder ejecutivo estatal acudirá a la sede del Congreso local para hacer entrega formal del informe y sus anexos estadísticos y será todo. Al día siguiente, pese a la bancarrota de las finanzas estatales, no faltará el boletín oficial con los párrafos laudatorios de rigor en las primeras planas de los diarios locales y, si algún guardadito aún tienen en la oficina de Miguel Muñoz, algunas inserciones en las páginas interiores de uno o dos diarios nacionales.
Todo este trámite tendrá lugar en la segunda o tercera semana de noviembre, el último mes del sexenio de la alternancia, pues a partir del primero de diciembre empezará otra historia que para el bien de las instituciones y de los (y las) oaxaqueños (as) se esperaría que sea diferente al que tantas esperanzas sembró ( y que el viento, la ineficacia y la corrupción se los llevó) pero igualmente diferente a los dos últimos gobiernos que antecedieron al de Gabino Cué.
Apenas en el mes de junio, en una reunión de gabinete, el Secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, Luis Felipe Cruz López, adelantó parte de lo que podría informarse en este sexto informe.
En esa ocasión, según el boletín oficial, el Contralor se comprometió que para el mes de noviembre de este año estarían ya haciendo entrega de los expedientes de entrega-recepción a los grupos de trabajo del nuevo gobierno.
Y, en efecto, ya están en ese proceso, solo que todo bajo estricta discrecionalidad. Ha trascendido que los priístas que forman parte de las comisiones para recibir los expedientes, anexos técnicos y toda la información documental por cada dependencia gubernamental (cerca de 80) no están satisfechos con la información recibida que, se dice, es incompleta y a modo. Por supuesto, les queda el recurso de acusar de recibido bajo protesta o con las reservas de ley, pero el fondo del problema es que buena parte de esa información entregada no aparecerá en el sexto informe y sus anexos y mucho menos se hace público.
El mismo titular de la Secretaría de la Contraloría informó en junio de este año que para esa fecha el 93 por ciento de los servidores públicos que por ley están obligados a presentar su declaración patrimonial antes de dejar sus cargos ya habían cumplido con el requisito. A la fecha seguramente ya se cubriría el 100 por ciento. Solo que en este caso tampoco se sabrá con qué bienes y cuentas bancarias llegaron en el 2010 y años subsecuentes los secretarios, directores generales y todos los funcionarios de primero, segundo y tercer nivel en la estructura gubernamental, y cómo se van.
De acuerdo lo declarado por el Contralor quien o quienes no hubiesen cumplido con este trámite de ley podrían ser inhabilitados para ejercer algún cargo público (para el siguiente sexenio).
Y concluimos con la promesa mas importante de Luis Felipe Cruz López, Secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental: antes de que este gobierno concluya, dijo, se entregarán “al pueblo de Oaxaca” 50 obras estratégicas como, por ejemplo, el Centro de Iniciación Musical (CIMO), la Ciudad de los Archivos (proyecto compartido con la Fundación Harp) y el Sistema Integral de Transporte (SIT) en su primera etapa.
Y si no las concluyen y no se entregan antes del 30 de noviembre del 2016 por lo menos cabría la esperanza de conocer la lista de esos 50 “proyectos estratégicos” que mucho me temo que ni suman esa cantidad y algunos hasta colapsaron antes de nacer aun cuando no sorprendería si se reportan como obras (“fantasmas”) ….en proceso de construcción.
Pero, por un momento, pequemos de igenuos y aceptemos, parafraseando el spot peñista, que en Oaxaca sí se hicieron “cosas buenas que se están construyendo y que dan sentido a la vida”.