Magisterio: cambio sin ruptura
Isidoro YESCAS
Desde la segunda mitad de la década de los ochentas, la sección 22 del SNTE ha elegido a su Comité Ejecutivo mediante un doble mecanismo que le garantiza legitimidad y legalidad.
Primero la legitimidad que le otorgan los representantes (delegados efectivos y fraternos) de las ocho regiones de la entidad que participan en el Precongreso para deliberar y elegir a todos los secretarios del Comité Ejecutivo Seccional. Y luego la legalidad que la obtienen al aceptar y darle trámite a la Convocatoria al Congreso Seccional que cada cuatro años emite el CEN del SNTE, como condición sine qua non para acreditar el reconocimiento estatutario de su dirigencia.
Tratándose de una sección disidente del SNTE, cuyas actividades y procedimientos internos no se rigen por los Estatutos del SNTE sino por reglas propias como lo son los Principios Rectores, en cada relevo seccional los dirigentes en turno deben presionar y negociar con sus homólogos del CEN del SNTE la emisión y términos de la convocatoria de tal suerte que el Congreso, para el caso específico de Oaxaca, solo se constituye en un mero trámite para formalizar los acuerdos que ya han sido tomados en el Precongreso.
Aunque se niegue, es un hecho que en las negociaciones entre la sección 22 y el CEN del SNTE intervienen otros actores, ya del gobierno federal, ya del gobierno del estado. Y esta ruta es insalvable porque solo de esta manera se garantiza que los acuerdos y decisiones del Precongreso (19 y 20 de enero) – en lo que atañe exclusivamente a la integración de su Comité Ejecutivo, más no a sus pronunciamientos y acuerdos políticos- se ratifiquen y reconozcan por la dirigencia nacional del SNTE (el Congreso del 21 de enero). Además, esa intervención evita que un eventual desacuerdo entre ambos polos de poder derive en conflictos que impacten en la gobernabilidad de la entidad.
Como actores centrales de este proceso, de nueva cuenta fueron las alianzas tejidas por los delegados efectivos pertenecientes a las corrientes sindicales con mayor influencia y votos en el Precongreso y sus expresiones a nivel regional, los factores que resultaron determinantes para la integración del nuevo Comité Ejecutivo.
Y el mensaje para los gobiernos federal y estatal –y la sociedad en general- fue muy claro: el MDTEO y la sección 22 del SNTE no variarán en lo fundamental su política sindical y social ni mucho menos sus estrategias de lucha.
El perfil político del nuevo Secretario General, Eloy López Hernández, es por demás significativo: Originario de la comunidad indígena mixteca de San Juan Teita y delegado efectivo por esa región, egresado de la Normal “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, profesor bilingüe del nivel de Educación Indígena y miembro de la Liga Clasista Magisterial y Popular, de corte maoísta.
Pero, además, habrá que recordar que un poder paralelo al Comité Ejecutivo, y en ocasiones con mayor peso político en la Asamblea Estatal, es la Comisión Política, responsable de conducir las negociaciones con los gobiernos federal y estatal.
De ahí que resulte infantil que en cada relevo seccional los gobiernos federal o estatal, o los partidos políticos, intenten influir o jugar cartas a modo en un proceso electoral atípico y sumamente complejo, pero que, además, no delega en su Secretario General las principales decisiones de su sindicato y del MDTEO.
Y el proceso que culminó con la elección del nuevo Comité Ejecutivo Seccional es el mejor ejemplo.
Twitter: @YescasIsidoro
Enero 23 del 2017.