La precaria salud de la democracia mexicana – Isidoro YESCAS

Isidoro YESCAS

La alternancia política que en el año 2000 tuvo lugar por primera vez en México al perder el PRI la presidencia de la república, y las alternancias que nivel de los gobiernos locales se escenificaron  antes y después de esta fecha en buena parte del territorio mexicano,si bien es cierto que en lo general contribuyeron a darle una nuevo impulso a la democratización política del país, con el paso del tiempo se reinstauraron los  moldes autoritarios y corruptores del viejo régimen.

En “El malestar con la democracia, creencias políticas de la clase media en México”, escrito por Martín Echeverría, Rubén Reyes y Arcadio Sabido, se apunta que a la fecha “el estado de la democracia mexicana no es buena. La decepción ciudadana por la falta de legalidad e imparcialidad de sus instituciones se complica por la caída del bienestar en grandes grupos sociales, incluida la clase media. El desempleo no disminuye; crece la informalidad ocupacional; quiebran los micro, pequeños y medianos empresarios; el trabajo tiende a ser flexible y precario; el poder adquisitivo del salario no se recupera; los precios van  para arriba; el costo de la vida aumenta; la mayor parte de los jóvenes que aspiran a una licenciatura son rechazados; y el aumento de la inseguridad inyecta miedo, temor incertidumbre vital.”

En otra parte del texto los autores subrayan que este estado precario de nuestra democracia “impiden poner frenos eficientes a la voracidad de los funcionarios de la alta burocracia, por lo que la corrupción, el tráfico de influencias y su compañera la impunidad siguen presentes y difundidas en la pirámide del poder. El gobierno (los gobiernos) no escucha(n) y los ciudadanos se sienten ignorados en las decisiones gubernamentales e incluso en la indefensión ante el abuso de autoridad.”

En estados gobernados ya por el PRI, PAN o PRD los saldos de fin de sexenio solo confirman estas afirmaciones  que con o sin alternancia política se han reproducido a lo largo y ancho del país.

Basta repasar lo que hoy ocurre en estados como Veracruz,Chiapas,  Quintana Roo, Sonora, Chihuahua y Oaxaca, entre otros, para darse cuenta que los malos gobiernos de la “nueva generación”de políticos proliferan dejando como herencia el crecimiento exponencial de la deuda pública,la quiebra de las finanzas estatales, adeudos millonarios a proovedores, obras inconclusas, suspensión o recortes de sueldos a empleados de confianza, oficinas públicas sin servicios de internet y  material de oficina, teléfonos desconectados, mayor inseguridad pública, etc.

La descomposición de la clase gobernante es ya un problema nacional y el mejor antídoto para contrarrestar sus  nocivos efectos sociales, políticos y económicos debe transitar por  una respuesta ciudanana organizada y eficaz, con capacidad para generar opinión pública y alternativas  e impulsar cambios sustanciales  a nivel  de las  instituciones y en el quehacer de  los gobernantes.

Twitter: @YescasIsidoro