Opinión 

Fuerza Ciudadana

#FuerzaMéxico

José García AGUILAR

Los trágicos acontecimientos del pasado sismo del 19 de septiembre de 2017, nos hizo recordar inmediatamente lo sucedido 32 años atrás ese mismo día en la Ciudad de México, nos embargó el dolor y la profunda tristeza pero sobre todo la impotencia ante lo que estaba sucediendo, era demasiada tragedia nuevamente, pero como ocurre en este tipo de desgracias sociales las personas como si se tratara de un instinto de solidaridad exclusivamente de los mexicanos aparecen inmediatamente para apoyar en los trabajos de rescate de posibles sobrevivientes, es el momento donde la sociedad se despoja de cualquier diferencia social, religiosa, política, económica y entrega lo mejor ante la urgente necesidad de ayudar al prójimo, las filas de voluntarios se vuelven interminables, asombra la organización y el liderazgo que asumen los ciudadanos para empezar en las labores de ayuda, la gente sabe que debe actuar aun cuando el gobierno no tome el control de las acciones, son gestos valerosos y heroicos de quienes recogiendo escombro, llevando alimentos, apoyando con materiales, organizando la basura o simplemente sumando muestras de apoyo codo con codo con el único objetivo de lograr la unión del pueblo ante la tragedia. Los voluntarios aquellos denominados héroes anónimos ayudan por ayudar, por ser útiles a sus hermanos mexicanos, no esperan recompensa alguna porque el sentimiento de amor al prójimo es mas fuerte en esos momentos de dolor y esperanza que recibir el elogio y la condecoración.

Las desgracias son el inicio de nuevas eras tanto sociales como de cambio en los regímenes políticos, el poder de la organización ciudadana es tan potente que hace posible cambios en la forma del ejercicio del poder público, ante los desafortunados hechos como los del terremoto reciente la fuerza de la ciudadanía supera cualquier sistema político y lo obliga a recomponerse, es el momento crucial donde la voz del ciudadano sumada a millones de voces rompen con cualquier modelo de gobierno y es precisamente la organización de los ciudadanos y el uso de las redes sociales lo que ha empezado a generar de manera estrepitosa cambios que anteriormente no se pensaban realizables, pero hoy todo es posible con el empuje de hombres y mujeres que ante la desgracia ponderan como prioritario la ayuda humanitaria y el apoyo inmediato a quienes sufrieron la pérdida de su patrimonio y fueron afectados moralmente en su persona; distintos ciudadanos urgen en redes sociales a los partidos políticos destinen su presupuesto a la reconstrucción material de los daños existentes, exigen al arbitro electoral y a los dirigentes de los partidos políticos que el dinero público en lugar de ser utilizado para las campañas políticas del próximo 2018 se destine para la reconstrucción de México, las redes sociales hoy se volvieron vitales no sólo para localizar a personas vivas bajo los escombros de edificios derrumbados sino su uso fue mas allá permeando en la clase política, calando profundamente en los distintos institutos políticos haciéndoles repensar la forma de ejercer el poder y utilizar el presupuesto electoral (dinero del pueblo), no cabe duda que los desastres naturales aunado al dolor por las pérdidas humanas y en segundo plano los daños materiales, traen reacomodos en los modelos de actuación de los factores reales de poder, hoy nos damos cuenta que la unión de los mexicanos verdaderamente transforma a toda una nación, el ciudadano está empoderado realmente y su voz y su sentir se ha dejado escuchar por todos los rincones de México; somos testigos del inicio de una nueva era en materia de protección civil y de igual manera comienza la reorganización de las estructuras políticas acorde a las exigencias de la fuerza ciudadana, los partidos políticos adecuan su lenguaje y su modo de actuar a las nuevas realidades y los ciudadanos afortunadamente están marcando la agenda de la transformación de México, el futuro se vislumbra distinto, se percibe cercano, el dolor y la tragedia llegan con vientos de esperanza, aún a pesar del luto nacional, México está de pie.

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