Opinión 

El comentario de hoy, miércoles 18 de octubre 2023

Una de las peores ofensas al “pueblo bueno y sabio”, es que aquellos organismos que se presume son garantes de la legalidad y el derecho, le quieran ver la cara. Por un lado, fingiendo ceguera ante lo evidente y palpable y, por otro, ocultando la realidad con artificios jurídicos; alegatos sin fin y con resoluciones que no atienden de fondo las quejas y denuncias. Tal parece que las omisiones, torcer la ley y esa ceguera institucional, se han convertido en el símbolo de estos tiempos.

Un importante sector de la sociedad civil oaxaqueña se pregunta: ¿Cuál es la postura de las áreas respectivas del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), respecto a los actos anticipados de campaña, plasmados en espectaculares, anuncios en camiones y taxis, emprendidos por diputados y diputadas locales, además de ex funcionarios del actual gobierno?

Durante setenta días, el ciudadano común se tuvo que chutar sin hacer gestos, la onerosa publicidad de las llamadas “corcholatas” del Movimiento de Regeneración Nacional –Morena- disfrazada de coordinación de los comités de defensa de la Cuarta Transformación, cuyo resultado ya estaba cantado. En este lapso, los organismos electorales se vieron rebasados o tuvieron que doblar las corvas, antes de hacer valer las Leyes Generales de Instituciones y Procedimientos Electorales tanto del país como de Oaxaca.

Pero, en nuestra entidad nos están dando una segunda dosis, que se quisiera maquillar con promoción personal. Pero no lo es. Quienes aparecen en dicha publicidad están encaminados a ciertas posiciones al interior de su partido y buscan con ello incidir en el ánimo de sus mismos correligionarios y del votante potencial. Son pues, en el sentido llano de la palabra y sin los formulismos legaloides, abiertos actos anticipados que la ley debe sancionar.

Algunos partidos y actores políticos que se asumen afectados han puesto sus denuncias ante las áreas respectivas. Ya el órgano jurisdiccional, el Tribunal Estatal Electoral del Estado de Oaxaca –el TEEO- le ha echado la bolita el árbitro estatal y le ha exigido que analice de fondo las denuncias. Pero todo se ha sumergido en un intercambio de dimes y diretes. No hay una respuesta a aquello que la ciudadanía de a pie está viendo, como una forma burda de omisión o servilismo institucional.

Por lo visto pues, los famosos cinco principios rectores de: certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, que deben guiar el código de ética de los órganos electorales, hoy más que nunca están en entredicho. Mientras, la ciudadanía tendrá que seguir tolerando la contaminación visual de espectaculares y demás, de cuyo financiamiento nadie sabe, nadie supo y nadie sabrá. (JPA)

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