El comentario de hoy, martes 9 de agosto, 2022:
El Talón de Aquiles del actual gobierno estatal y, de no resolverse a tiempo, será del siguiente, es la crisis que sigue lacerando, como el primer día de la actual administración, a los Servicios de Salud en el estado. Algo inédito, pero en este sexenio han transitado por el cargo seis titulares. Es decir, uno por año. El asunto, sin embargo, no es de quién esté o haya estado; quien llegue o se haya ido, por los motivos que sean, sino de la magnitud de esta crisis institucional. Tampoco podemos negarnos a la realidad. Ha sido como el crisol de la corrupción y las malas prácticas.
Hay datos que revelan que, si bien los problemas vienen de atrás, fue en el gobierno del ex gobernador Gabino Cué cuando se exacerbaron. Se habla de adeudos por la falta del pago de impuestos; por las aportaciones al ISSSTE y de una y mil deudas pendientes que hicieron un boquete financiero por cerca de 28 mil millones de pesos. Esa cifra recibió la actual administración y que, se presume, ha ido solventando, pero no en la magnitud requerida, sino incluso dando hospitales como es el caso del de “la Mujer Oaxaqueña”, que sólo atenúa una parte insignificante de una deuda brutal.
Uno de los exponentes de esta crisis es el Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, un ícono de la atención médica a las clases económicamente más desprotegidas, desde hace varias décadas. A mediados de diciembre de 2016 recibió la visita del entonces recién estrenado gobernador Alejandro Murat. Constató las condiciones tan lamentables en las que operaba. Sin alimentos dignos para los enfermos, sin insumos ni equipo médico. Es decir, todo un caso de abandono, de rezago y apatía. Una maniobra perversa de jugar con la vida de los más desprotegidos.
Sin embargo, el citado nosocomio, con todos sus problemas sindicales, vicios añejos y bloqueos permanentes por unas u otras demandas, sigue en las mismas o peor. La semana pasada, la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), clausuró un área clave: el Centro de Esterilización y Empaquetamiento de Materiales (CEYE). Se detectaron anomalías que podrían convertirse en riesgos para la atención de los pacientes. En los últimos años, la protesta por falta de equipo, insumos, material médico, han sido látigo para la ciudadanía. En los peores tiempos de la pandemia de Covid-19, las protestas y demandas contrastaron con la premura de una emergencia sanitaria, que mostró pronto su faceta mortal. Sin embargo, se sabe que, si bien el Civil es del que más se escucha, en realidad es el sistema hospitalario oaxaqueño el que requiere, así literal, de cirugía mayor. Tarea pendiente para la siguiente administración. (JPA)