El comentario de hoy, martes 8 de agosto 2023
Uno de los clásicos contemporáneos de la filosofía y la ciencia política del Siglo XX, fue Norberto Bobbio. Fue, además, protagonista del debate político en su natal Italia. Escribió decenas de obras y centenas de artículos en revistas especializadas. Su pensamiento tiene gran vigencia hoy en día. En torno a lo que hemos vivido en México, en los últimos tiempos, retomo un pasaje. “El funcionamiento correcto de un régimen democrático –dice- sólo es posible a partir del modo de gobernar que, de acuerdo a la tradición que se remonta a los antiguos, se llama gobierno de las leyes”.
Lo que hemos observado en años recientes, es un abierto desprecio por la ley. En el afán de demoler la estructura del poder judicial, se sigue dando una postura autoritaria, en la que, desde el Poder Ejecutivo hasta los cargos más pobres, ignoran, omiten y se pitorrean de la norma y de las disposiciones de nuestro marco jurídico y constitucional vigente. La semana pasada, una Jueza de Distrito ordenó suspender la impresión y distribución de los cuestionados libros de texto gratuitos. Pero, la responsable, la Secretaría de Educación Pública –la SEP- siguió como si nada.
El desacato y la rebeldía para ceñirse a las disposiciones que marca nuestra Constitución, se han convertido en una moda. Y lo podemos constatar hoy mismo. En nuestra capital y el entorno urbano, hay algo parecido a una selva de espectaculares, bardas pintadas, anuncios en camiones y taxis. Nombres y nombres. Frases y consignas. Se trata de actos anticipados de campaña. Una burda y abierta violación a la Ley y al Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales. Un ataque a la equidad, a la imparcialidad y a la legalidad.
¿Cómo se puede acceder al voto popular violentando la ley? ¿Cómo llamar a un proceso electoral imparcial, equitativo y en apego a derecho, cuando se permiten acciones a todas luces violatorias a la normatividad vigente en materia de elecciones? Volvemos al tema: hay un desprecio por la ley. Partidos y actores políticos han fomentado un ambiente que, de no ser regulado –con sanciones y medidas punitivas- por los órganos jurisdiccionales federales, estatales y los árbitros federal y estatal, el INE y el IEEPCO, pueden dar al traste con la civilidad en la jornada del 2024.
Si cada uno le dará a nuestro marco legal vigente, su propia interpretación, estamos perdidos. Ya el país se está desmoronando con la violencia y las políticas erráticas en materia de seguridad, que ello sería, así literal, echarle más leña al fogón. La basura electoral, espectaculares y demás anuncios anticipados, porque no son los tiempos marcados para publicitarse, pueden contribuir al enrarecimiento de un proceso que el pueblo mexicano exige, debe guiarse por la norma y la civilidad. (JPA)