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El comentario de hoy, martes 27 de agosto 2024

Mientras la inseguridad sigue generando zozobra y terror en la población, no sólo en el país, sino también en ciertas zonas de la entidad, tal parece que en nuestras corporaciones sigue permeando la indisciplina, la deslealtad y la falta de vocación de servicio al pueblo. Veamos sólo unos casos. El pasado 25 de abril, se difundió en redes sociales un video musical, al estilo narco, grabado en instalaciones, con uniformes, armas y vehículos oficiales que, a juicio de las propias autoridades era una burda apología del delito.

Según los organizadores de dicha grabación, se trató de enaltecer la labor de la Unidad Policial de Operaciones Especiales -UPOE-, pero para otros fue una aberrante mimetización de la praxis de los cárteles, para magnificar su violación a la ley. De inmediato, el jefe del Ejecutivo Estatal dispuso la destitución de tres mandos: el titular de la UPOE; el director de las Fuerzas Estatales de Apoyo y al mismo Comisionado de la Policía Estatal. Sin embargo, por lo trascendido en redes sociales, algunos gozan de cabal salud y hasta han sido ascendidos a otros cargos.

La semana pasada, la Fiscalía General del Estado logró la vinculación a proceso de tres policías del Municipio de Santa María Atzompa, como presuntos responsables de abuso sexual en contra de una de sus compañeras. La víctima había denunciado semanas atrás dicho ilícito. Un poco antes, el comandante de la Policía Vial en San Juan Cacahuatepec, fue exhibido en completo estado de ebriedad y echando bala. Más para acá, en Tepocolula, un ebrio comandante policial hirió con un disparo en la cara a un subalterno.

Esta situación contrasta con aquellos elementos que, lamentablemente, han perdido la vida en el cumplimiento de su deber y que han dejado padres, esposa o hijos en la orfandad. En otros casos, el misterio y la secrecía han arropado sus decesos. Por ello, sería una torpeza medir a todos con el mismo rasero. Se sabe, además que, si bien ciertas corporaciones han tenido algunos beneficios significativos laboralmente, en otras se sigue picando piedra y tentados por la corrupción. He ahí el arraigo de vicios y adicciones; excesos y desatinos. La vocación de servicio y los códigos disciplinarios les valen.

En el llamado Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, poco se dice de la aplicación de los exámenes de control y confianza. No obstante, en teoría hemos avanzado en la profesionalización policial; en los hechos, seguimos peor que antes. A poco de cumplirse dos años del gobierno de la Primavera Oaxaqueña, la capacitación a las corporaciones municipales, que pueden ser sufragadas con fondos y programas federales ya existentes, parece ser un capítulo pendiente. (JPA)

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