Opinión 

El comentario de hoy, martes 26 de diciembre:

El oportunismo, las defecciones, acusaciones y las verdades a medias, son el síntoma de este proceso electoral. Ex gobernadores y ex miembros de la cúpula priista, formaron el Frente Progresista, para apoyar a la aspirante a la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional –Morena- Claudia Sheinbaum. El dirigente de dicho partido les da la bienvenida, pero presume que no van por cargos de elección popular.

En Oaxaca, una senadora de la República, una diputada federal y dos locales, han interpuesto quejas por violencia política de género. El Congreso del Estado aprobó recientemente un decreto por el cual, las elecciones de 2028 serían concurrentes, es decir, la gubernatura sería de sólo dos años, para empatar el resto de procesos electorales. Pero, no deja en claro si quien llegue a la gubernatura será mujer. Pese a ello, se soltaron los demonios para afirmar que dicha ley tiene dedicatoria.

Ediles que quieren reelegirse en el cargo, pese a su pésimo desempeño, un día declinan a favor de una aspirante, al día siguiente lo desmienten. Pero, en esta parafernalia electoral poco se repara en un hecho preocupante: la crisis que viven no sólo a nivel central y estatal, el Instituto Nacional Electoral –INE- y el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana –IEEPCO-, sino también los órganos jurisdiccionales, como el mismo tribunal federal y el estatal, en el rubro electoral.

A seis meses del proceso calificado como uno de los más competitivos en la historia contemporánea, al menos tres ex funcionarios claves renunciaron en el INE. Debido a la polarización que hay en dicha institución, que preside Guadalupe Taddei, los consejeros se han enfrascado en disputas para la designación de los nuevos funcionarios. En el IEEPCO, la titular Elizabeth Sánchez González ha sido incapaz de lograr consensos y acuerdos. Ha privilegiado la confrontación y el burocratismo.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se vio inmerso en desacuerdos y disputas. La magistrada Mónica Soto y sus colegas, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, echaron prácticamente de la presidencia al ex titular Reyes Rodríguez Mondragón, precisamente por las medidas de austeridad que éste impuso. En una maniobra inédita en el país, uno de los inconformes se quedó con la presidencia, dejando en el imaginario colectivo que dicho órgano sirve a los intereses de la clase política en el poder.

En Oaxaca, el Tribunal Estatal Electoral, que preside la magistrada Elizabeth Bautista Velasco, no opera de manera completa. Desde el fin del período estatutario del ex magistrado Raymundo Wilfrido López Vásquez, el Senado de la República simplemente se ha encogido de hombros para designar al sustituto. La pregunta es: ¿Y serán éstos los árbitros y órganos jurisdiccionales que califiquen la elección de junio de 2024? ¿Los que les den certidumbre y legalidad a los comicios? No cabe duda. Nos esperan tiempos difíciles. (JPA)

Leave a Comment