El comentario de hoy, martes 19 de septiembre 2023
Pasaron ya los días patrios. A pesar de que cayeron en fin de semana, sin el consabido puente, la Secretaría de Turismo reportó derrama económica por 133 millones de pesos y afluencia de más de 32 mil visitantes. Es decir, nada importante qué destacar ni en la capital oaxaqueña ni en nuestros destinos de playa. Seguimos como una entidad cuya industria sin chimeneas camina al tenor de las temporadas y los llamados fines de semana largos.
Desde hace décadas se menciona a Oaxaca como un destino turístico privilegiado; como una entidad completa y con un gran imán que atrae por igual a los visitantes del país y del extranjero. Sin embargo, no se ha perfilado una política turística que transforme al menos a los tres principales destinos en algo que vaya más allá de los períodos vacacionales. Es decir, habrá que invertir en promoción para superar esas inercias del pasado.
Que Oaxaca –ya lo hemos dicho- sea algo más que el atractivo de los oficios religiosos de la Semana Santa, La Guelaguetza, el festival de los moles, los altares del Día de Muertos o La Noche de Rábanos. O, las fiestas de octubre en Puerto Escondido, la Carrera Panamericana, el festival del mole de caderas u otros eventos temporales. Esto es, que supere el espectro del turismo ocasional o destino de paso de los tours.
Con bombo y platillo se publicitan las nuevas rutas aéreas, el incremento de pasajeros en el aeropuerto de Oaxaca, la inversión millonaria para ampliación de su similar en Puerto Escondido e, inclusive, la asistencia de la delegación oaxaqueña a la Feria Internacional de Turismo de Madrid, el Tianguis Turístico en México o la gira por Canadá. Si, como dice la conseja popular, los viajes ilustran, qué de nuevo se ha aprendido de los mismos para aplicar en el gobierno de la Primavera Oaxaqueña, en esta materia.
Y es que, a pesar de reiterarse en el Plan Estatal de Desarrollo como un pivote del crecimiento económico y la sustentabilidad, lo que hemos visto en los meses que lleva la actual administración, no termina de cuajar alguna innovación más que el perfil repetitivo de regímenes anteriores. Oaxaca tiene más potencial que los tres destinos tradicionales. Tenemos al menos seis pueblos mágicos, diversas rutas, sitios de eco-turismo, parques nacionales como el de Chacahua; el Geo-parque de la Mixteca o la Reserva de la Biósfera, Cuicatlán-Tehuacán, estos últimos nominados por la UNESCO.
Pero en tanto no se difundan en plataformas digitales, revistas especializadas o medios electrónicos públicos y privados y se le apueste a una difusión masiva, poco puede esperarse para convertirlos en los atractivos de un turismo potencial que espera nuevas experiencias. (JPA)