Opinión 

El comentario de hoy, martes 18 de abril 2023

Concluyó el período vacacional de Semana Santa y, como cada año, quedó demostrado que Oaxaca tiene un gran imán que atrae por igual a nacionales y extranjeros, que abarrotaron su capital y sus destinos de playa. Hay pues, un gran potencial que puede ser aprovechado con imaginación, con estrategias y con nuevos modelos. No basta echar las campanas al vuelo cada temporada para festinar el número de visitantes, la derrama económica y otros parámetros siguiendo los esquemas del pasado.

Nuestra entidad como destino completo y tal cual lo ha mencionado el ejecutivo estatal, existe la intención de convertirlo en un destino de clase mundial. Sin embargo, ello requiere de recursos necesarios para llevar a cabo una intensa campaña de promoción. No basta con decir que nuestros destinos se venden solos. Aún aquellos que registran millones de visitantes al año se promocionan. Pero ello debe venir, como lo hemos comentado en ocasiones anteriores, de la acción corresponsable de autoridades y prestadores de servicios turísticos, además de las grandes empresas que se benefician.

Resulta una paradoja que haya estados, como Chiapas, por ejemplo, que no cuentan con el gran potencial que tenemos nosotros, pero llevan a cabo una ambiciosa campaña de publicidad del Cañón del Sumidero, particularmente. Nosotros no. Desde hace al menos dos sexenios, el pretexto de la falta de recursos o la apatía del gobierno federal en promover nuestros destinos, ha tenido como consecuencia la ausencia de una política turística en realidad exitosa. Se sigue arando sobre el mismo surco. Cacareando lo que todo mundo sabe.

Tampoco son para festinar “los éxitos” -así entre comillas- de las concurridas delegaciones a la Feria Internacional de Turismo de Madrid o el Tianguis Turístico de la Ciudad de México. Esos eventos anuales, distan mucho de la integración de una verdadera política, con estrategias y ejes rectores y transversales, para hacer de la industria sin chimeneas un pivote del desarrollo económico. Hace falta mucho por hacer para convertir a Oaxaca capital, Huatulco y Puerto Escondido en destinos exitosos, en donde el turismo permanezca y no como lugares de paso o de temporada. Cuando se hayan superado esos parámetros podremos decir que ahora sí aspiramos a ser un destino de clase mundial. Lo dicho pues, hace falta imaginación y algo de humildad en quienes tienen la sartén por el mango, para buscar asesoría, abrevar de la experiencia de quienes saben del tema y no regodearse con la idea de que lo saben todo y siguen repitiendo como loros los esquemas y errores del pasado.(JPA)

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