Opinión 

El comentario de hoy, martes 15 de agosto 2023

Cuando decimos que hoy en día la política se ha convertido en un oficio despojado de prejuicios e inmerso en un pragmatismo ramplón, no sólo es un juicio de valor, sino una realidad ineluctable. Se ha perdido la vocación de antaño. Todos quieren ser y llegar al cargo de elección popular, ofreciendo el oro y el moro. Pero son contados con los dedos de las manos quienes cumplen. No hay compromiso social, convicción, deseo genuino de servir.

El ejemplo está a la vista. Hay que darse una vuelta por el Centro Histórico para ver los resabios de abandono, de apatía y abulia municipal. Parques en el olvido, suciedad y anarquía. Muros de canteras centenarias lacerados por el vandalismo y la pintura en aerosol. Puestos de venta por aquí y por allá. Terrazas, cantinas y antros por doquier. La ciudad es un gigantesco congal y un enorme tianguis.

Un infierno vial cotidiano, agravado por la impunidad del transporte público. La infalible doble fila, que pronto se habrá de agudizar con el regreso a clases. La entrada y salida de miles de unidades foráneas que, por lo visto, lejos de disminuir cada día crecen. La inexistencia de paraderos y no el uso de las calles para bajar y subir pasaje. La apropiación ilegal de espacios para estacionarse. Estacionamientos públicos sin regulación. Cada uno cobra lo que le viene en gana a sus propietarios.

Baches por doquier; abandono en agencias y colonias y una inseguridad galopante, ante la falta de una estrategia adecuada para garantizarle a la ciudadanía tranquilidad. Territorios de nadie como el Mercado de Abasto. Nudos viales como en el Periférico o el llamado Parque del Amor. Mendicidad, reflejo de nuestra pobreza ancestral. Contaminación de afluentes y toda una agenda cuya solución parece importar poco al gobierno de la ciudad.

Por ello, muchos nos preguntamos: ¿Y a dónde quedaron las promesas de campaña del actual edil de Oaxaca de Juárez, de regular el comercio en la vía pública como una prioridad de su administración? ¿De formular un plan de desarrollo municipal que contemplara la solución de una amplia agenda de prioridades para devolverle a la ciudad esa dignidad perdida? Sin embargo, para la fiesta y el folklore nadie nos gana.

A año y medio de gestión la actual administración parece ir dando tumbos. Ahí está el tema de la basura; del pago de las pensiones a los trabajadores en retiro; de las demandas policiales; de la falta de obras, además del catálogo ya mencionado. Ya no es válido echarle la culpa al de atrás, la moda de estos tiempos. Aún hay tiempo de enmendar las cosas y darle un viraje a este gobierno que, para montarse en el poder municipal prometió mucho pero no ha cumplido en nada. (JPA)

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