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El comentario de hoy, jueves 9 de octubre 2025

Mucho se ha hablado en los últimos meses, del proyecto que trae entre manos el gobierno de Oaxaca de Juárez, para la construcción del llamado Centro de Servicios Vecinales. Uno de los argumentos para una obra de tal envergadura, tal como se ha planteado, es hacer economías en el pago de renta de diversos inmuebles que utilizan algunas oficinas del ayuntamiento capitalino.

En principio, el citado centro de servicios ha sido hasta hoy sólo un proyecto, aunque –dicen los enterados- que ya se tiene todo. La elaboración del plano arquitectónico y hasta qué empresa habrá de ejecutar la obra. Y no dudo que así sea. La discrecionalidad y la opacidad parecen ser la norma en estos tiempos. Es decir, sin socializar los proyectos y de espaldas a la ciudadanía. Lo cierto es que sigue generando debates y desacuerdos al interior del Cabildo.

Y es que tal parece que en el gobierno local no se ha reparado del lamentable estado en que se encuentra la ciudad. Se percibe la apatía y el abandono oficial. O sólo se actúa como respuesta al bombardeo en las redes sociales. Hay calles y avenidas en donde materialmente ha desaparecido la carpeta asfáltica. Es un infierno para automovilistas y operadores del transporte público.

Es decir, como una cruel paradoja, se sueña en grandes proyectos, que son también grandes negocios, pero hay ceguera para percibir las necesidades más apremiantes. En menos de un mes ya se estarán echando las campanas al vuelo para festejar el Día de Muertos y la casa por la ventana para agradar al turismo que arriba a la capital. Comparsas, calendas, altares, etcétera. Pero nada se dice de los paisajes lunares que son nuestras calles.

Se habla de miles de millones pagaderos durante décadas, seguramente por nuestros nietos, pero no se pueden destinar algunas decenas para restituirle a nuestra ciudad la dignidad. Hacerla un orgulloso Patrimonio Cultural de la Humanidad; una capital distinguida, pulcra, catalogada desde 1950, como ciudad de Monumentos Históricos. Hasta hoy sólo reflejamos el atraso y la indolencia oficial.

No dudamos de que se requieran obras de alta gama –para seguir con los términos de moda-. Pero que ello no vaya en detrimento de la exigencia ciudadana de atender sus vivencias diarias. Si la divisa de todo buen gobierno es elevar la calidad de vida de sus gobernados, se debe empezar en atender con protitud la agenda inmediata y postergar aquello que, habrá de generar onerosas rentas para los bolsillos de la élite que gobierna.

Porque en estos tiempos, nadie se chupa el dedo o se va con la finta. Desde la presidencia de Adolfo López Mateos, en los años 60 del Siglo XX se acuñó una frase: “¿Quieres robar? Has obra”. (JPA)

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