Opinión 

El comentario de hoy, jueves 8 de junio 2026

Oaxaca arrastra una de las estadísticas más preocupantes en materia de feminicidios. Se le ubica en segundo lugar a nivel nacional con 60 casos en lo que va de 2023. Pese al esfuerzo de las autoridades para detener a los responsables de este ilícito, hay muchos casos aún que siguen sin castigo o están en proceso de investigación. Los organismos civiles y colectivos que reclaman un alto a la violencia en contra de la mujer, han encendido las luces de alerta ante este preocupante mapa criminal.

Sin embargo, pese a la prioridad que le ha otorgado el gobierno de Salomón Jara al tema, para reducir los índices de violencia por razón de género, hay áreas de su gobierno que parecen no asimilarlo. Es el caso de la Secretaría de la Mujer, en donde se ha confirmado, prevalece apatía e ignorancia respecto a este flagelo. A diferencia del pasado, la atención a víctimas y familiares, en asesoría jurídica, psicológica, prácticas y protocolos de atención, ha sido nula.

Tal parece que se desconocen las disposiciones del Artículo 46 C, en sus fracciones décimo sexta y décimo séptima, de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, que establece que, dicha dependencia tiene en sus atribuciones: “gestionar, fortalecer y dar seguimiento, para la atención directa a la violencia de género y acceso a la justicia de las mujeres”. Además: “coordinar y evaluar los servicios de atención brindados a las mujeres por especialistas, con perspectiva de género y aplicación de protocolos especializados”.

Más aún, el artículo 10 de la “Ley Estatal de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia de género”, establece que también existe violencia institucional, en referencia a los actos u omisiones de los mismos servidores públicos, que obstaculicen o impidan el acceso a políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar o erradicar la violencia de género en cualquiera de sus tipos y modalidades. Tal parece pues que, este principio de ceguera institucional le queda a la medida a la citada Secretaría de la Mujer.

Muchas quejas afloraron recientemente con la suspensión del flujo de recursos del Programa de Apoyo a Instancias de Mujeres de las Entidades Federativas (PAIMEF) que, para familiares de víctimas de feminicidio representaron un alivio económico y ocupacional. Con la mano en la cintura fueron despedidas al menos 20 mujeres. Así, sin sensibilidad, con frialdad y sin moral alguna.

Pero, en el horizonte, tal parece que la titular y sus cercanos operadores, ya sueñan con la candidatura a la diputación federal en 2024. Es decir, la falta de vocación de servicio y de cumplimiento con las políticas públicas y prioridades de la llamada Primavera Oaxaqueña, está en consonancia con el futurismo político desenfrenado de estos tiempos. (JPA)

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