El comentario de hoy, jueves 3 de noviembre 2022
Nuestro estado enfrenta estos últimos días, al menos tres desastres ambientales que, pese al riesgo en la vida y salud de los oaxaqueños, de la flora y la fauna, parecen no haber tenido la importancia que merecen. Nos referimos a la crisis de la basura en la capital; el derrame de hidrocarburos en la zona de Salina Cruz, que hasta la semana anterior había afectado al menos 40 kilómetros de litoral y, algo que trascendió en redes sociales: otro derrame, por acción de huachicoleros, en una agencia del municipio de San Juan Guichicovi.
En torno al primer tema, el de la basura, desde hace días se supo que los tiraderos emergentes habilitados por el municipio de Oaxaca de Juárez, estaban a punto de colapsar. La basura está por todas partes. El argumento de que pronto habría un sitio ex professo para la descarga de desechos sólidos, se ha convertido en una ficción sólo para ganar tiempo y sorprendernos. Es más, en los playones del Río Atoyac, la pestilencia es insoportable. Hay quienes han optado por incinerar la basura, generando otro tema ambiental.
Si los pescadores y propietarios de restaurantes de algunas playas como Brasil, Guelaguichi, Chipehua, playa Cangrejo y otras, que han resultado afectados por el derrame de hidrocarburo, creen resolver el problema con bloqueos carreteros y afectando a la ciudadanía, están perdidos. Se trata de un delito federal por el que tiene que responder Petróleos Mexicanos. Luego de haberse reportado el derrame debieron haber habilitado cuadrillas de trabajadores para limpiar agua y playas. Pero no. Simplemente les ha valido.
En redes sociales trascendió otro derrame. Éste, por la acción de delincuentes dedicados a la ordeña de ductos. Las fotos difundidas generaron indignación. Animales silvestres muertos por beber agua contaminada, el olor del gas o simplemente por afectaciones a su hábitat. Y es en una zona comprendida en el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. La pregunta es: ¿no que el huachicoleo ya se había terminado? Con certeza vive una nueva etapa.
A todo este desastre ambiental, ¿dónde está la voz de nuestros representantes populares tanto federales como locales? ¿Dónde las denuncias en tribuna, las iniciativas o los puntos de acuerdo para exigirle al gobierno de Oaxaca de Juárez, atienda con prontitud el tema de la basura, o a PEMEX solventar los daños? Siempre lo hemos dicho: hay que darles sólo el voto para que sigan soñando con el siguiente cargo de elección popular, pero de atender las necesidades de sus distritos, eso no es rentable.
Lo es andar de títeres de iniciativas gubernamentales, de partidos y de intereses políticos. El daño ambiental y a la economía de miles de oaxaqueños; las afectaciones a la flora y la fauna silvestre, eso no es prioridad. Pero, ¿qué tal los negocios, las constructoras y las obras? (JPA)