El comentario de hoy, jueves 28 de febrero 2019

Uno de los grandes proyectos que se ha planteado el gobierno de la República tiene que ver con Oaxaca. En efecto, se trata de revivir el viejísimo plan del tren interoceánico. Una vía férrea que comunique por tierra y en la parte geográficamente más angosta del país, el Océano Pacífico con el Golfo de México, para el traslado de mercancías. Es decir, aprovechar la posición estratégica del Istmo de Tehuantepec.
Se trata también –ya lo hemos comentado en este espacio radiofónico- de un proyecto que ha sido una ilusión sexenal, que desde hace al menos cuarenta años y con diferentes nombres, no se ha hecho realidad. Simplemente el gobierno pasado echó andar el proyecto de las Zonas Económicas Especiales que, perdón por mi pesimismo, fue para los istmeños una especie de espejismo.
Sin embargo, existen al menos tres factores que de no atenderse, pueden hacer fracasar cualquier proyecto gubernamental. Uno es la problemática de la tenencia de la tierra, que en Oaxaca en su mayor parte es comunal; otro es la inseguridad que se ha enquistado en la región istmeña y, la tercera, la soterrada costumbre de los bloqueos carreteros, usados como una forma sui generis de chantaje.
Respecto a este último punto, es importante subrayar la permanente toma de la carretera transístmica por parte de grupos, organizaciones, maestros y comuneros, entre Matías Romero y La Ventosa. El tramo carretero conocido como Canal 33, entre Tehuantepec y Juchitán y finalmente, el histórico puente de fierro que representa la forma más burda para ahorcar la circulación hacia el interior del Istmo.
Los tres factores, concatenados, representan una verdadera bomba de tiempo. Sin embargo, aunque es digna de encomio la labor gubernamental en la promoción de inversiones, hay casos que vienen sonando desde hace dos años y no terminan en concretarse, como es el caso de la empresa “Eólica del Sur”. O son amparos interpuestos ante el Poder Judicial de la Federación, o es el manipuleo de líderes convenencieros y corruptos. El caso es que no arranca.
Por el bien de todos esperamos que ese proyecto que se inscribe entre las prioridades de la Presidencia de la República se concrete. Ya es tiempo de que se haga realidad luego de tantas promesas. Pero también es menester que el gobierno estatal haga su chamba, buscando allanar el camino de quienes invertirán en dicho proyecto. Siempre insistimos en ello: hay que aplicar la ley, cuando el interés personal o de grupo se quiere traslapar o montar sobre el bien colectivo. Diálogo sí. Pero cuando éste se ha agotado, sólo prevalece la fuerza del Estado.
