El comentario de hoy, jueves 23 de diciembre 2021
A estas alturas, la capital oaxaqueña, los Valles Centrales y nuestros destinos de playa, se encuentran ya con una gran afluencia de visitantes del país o el extranjero. Lo hemos dicho, nuestra entidad tiene un gran imán que atrae, no obstante la limitada promoción turística, como la hay en otras entidades que tienen, tal vez, mucho menos qué ofrecer que Oaxaca. Alguien ha calificado al estado como un destino completo.
En efecto, tenemos una envidiable ciudad colonial que ha sido reconocida como una de las más bellas de México y de Latinoamérica. No fue fortuito que hace 34 años, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO- la incluyera en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Por vestigios arqueológicos no paramos. Los mejores exponentes –que no son los únicos- son Monte Albán y Mitla. Y qué decir de nuestros únicos e inigualables destinos de playa.
En gastronomía, en artesanía, como la elaboración de alebrijes, textiles, barro negro o verde, hojalata, etc., tenemos un reconocimiento muy bien ganado a nivel nacional. Muchos extranjeros se han avecindado aquí motivados por el movimiento artístico contemporáneo. Y también porque Oaxaca es como aquellas regiones de refugio, como calificó a las comunidades indígenas Don Fernando Benítez.
Hoy, deportistas y personajes del mundo del espectáculo han arribado aquí atraídos por el boom del mezcal, nuestra bebida ancestral, que nos identifica en el mundo contemporáneo. Hay muchas virtudes más de nuestra tierra que podríamos ir apuntando. Tal vez por ello, hemos sido críticos sistemáticos de los abusos, bloqueos carreteros y toma de casetas de cobro por parte de grupos y organizaciones, cuyos líderes sólo buscan el beneficio pecuniario.
Dichos atropellos a la libre circulación, son la cara negativa que opaca todo lo que Oaxaca puede darle a México y el mundo. Son reveses y golpes letales a la economía, a la inversión, a la derrama económica. Pero se encubren con el manto de la libertad de expresión que, obviamente no lo es. El bloqueo al Aeropuerto o a la Terminal de Autobuses, es una infamia, que debe ser castigada con dureza. Estoy cierto que solicitarles a los diputados del Congreso local, la aprobación de leyes y normas para acotar esta política permanente de chantaje, es como pedirle peras al olmo. Y es obvio: hay quienes se han formado en esa cultura, desde la izquierda. Es mejor dejar hacer y dejar pasar o lavarse las manos que asimilar todo el daño que le sigue haciendo a Oaxaca, esta cultura del chantaje. (JPA)