Opinión 

El comentario de hoy, jueves 22 de junio, 2023

Inicio con una pregunta: ¿de qué han servido las constantes visitas del presidente de México, para supervisar los trabajos del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, en un ambiente en donde el chantaje y la presión devenidos bloqueos son el pan de todos los días? Si no se atemperan los ánimos de organizaciones sociales y comuneros, ya viciados con este infame método, no hay duda que el citado proyecto presidencial se encamina una vez más, hacia el fracaso.

Pese al abandono en que se han encontrado durante muchos años, los pobladores de Santa María y San Miguel Chimalapas, exigir solución de problemas agrarios y atención a una y mil demandas, causando daño a terceros para pedir una mesa de diálogo, es una infamia. El bloqueo carretero, ya lo hemos comentado en este escuchado espacio radiofónico, es una cultura arraigada en la mente de dirigentes, titiriteros, grupos políticos y cualquier hijo de vecino, que busque presionar al gobierno.

Una de las zonas que está en protesta perpetua es, justamente el Istmo. O es el Puente de Fierro, en Tehuantepec; el Canal 33 o el sitio conocido como IMECA, cercanos a Juchitán; o la carretera Transístimica, a la altura de Matías Romeo o Mogoñé o la vía 190, entre Niltepec, Zanatepec o Tapanatepec. Es decir, siempre hay un motivo o razón, válida o simple jalada, con la que se justifican este tipo de atentados a la libre circulación.

Pero el citado proyecto presidencial enfrenta otros fantasmas, que pueden hacerlo abortar o al menos, retrasar su terminación. La semana pasada, la comunidad de “Puente Madera”, perteneciente al municipio de San Blas Atempa, logró un amparo para impedir la construcción en su territorio, de un parque industrial. El argumento de que son indígenas es la justificación irrebatible ya para echar abajo cualquier proyecto de desarrollo. La idea torpe, es seguir como están.   

Lo anterior, sin embargo, es sólo la punta del iceberg que, como ya mencionamos, sigue torpedeando al llamado proyecto transístmico. Hay otros factores que también inciden y que, no obstante, el despliegue de al menos 6 mil elementos de la Marina/Armada de México, son un factor preocupante. Y es el reconocimiento de los mismos responsables de la seguridad estatal, de que dicho proyecto está en la mira de al menos, dos cárteles criminales. Por supuesto que con ello no se está descubriendo nada nuevo. Desde el inicio del referido proyecto, columnas y artículos periodísticos de medios nacionales han dado cuenta de ello. Más importante será saber, qué hará el gobierno federal con todos los elementos que tiene en sus manos, para evitar que dicho proyecto presidencial, sea paraíso de operaciones criminales y un obstáculo para las inversiones. (JPA)

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