El comentario de hoy, jueves 20 de julio 2023
No hemos estado equivocados al insistir en que el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez ha devenido una enorme cloaca de corrupción, simulación e irresponsabilidad. La búsqueda del dinero fácil, de la componenda y del abuso de poder de parte de concejales y funcionarios, ha contribuido a hacer de nuestra capital un gigantesco tianguis; un pueblote, en donde reina la anarquía, el pitorreo por la ley y la impunidad.
Una y otra vez, vecinos, comerciantes establecidos y sacerdotes, han elevado la voz para no convertir las inmediaciones de Santo Domingo de Guzmán, uno de nuestros monumentos históricos más emblemáticos, en un espacio para el comercio informal. Una y otra vez dicha voz ha topado con un muro de apatía, conveniencia y complicidad que permean en el gobierno local. Un edil omiso, incapaz de hacer valer su autoridad, ante una banda de cuatreros y corruptos, que forman la nomenclatura municipal.
Los conatos de violencia entre vecinos y dirigentes del comercio ambulante la semana pasada, son responsabilidad de las malas decisiones que ha tomado el Cabildo. Y que han instrumentado ciertas áreas del ayuntamiento de espaldas a la ciudadanía. Con lo que hemos visto en los últimos días hemos perdido nuestra capacidad de asombro. Omisos para arreglar el tema de la basura, los baches, los semáforos descompuestos o para atender la inseguridad, pero hay una obsesión enfermiza para lucrar con los espacios públicos.
Cada año en el gobierno estatal se publicita el prestigiado lugar que ocupa la capital oaxaqueña en el entorno turístico. Es uno de los destinos preferidos. Sin embargo, tal parece que hay una corriente en contra promovida en el mismo gobierno local. Se advierte su naturaleza mezquina, falsa, execrable. Una autoridad rebasada. Hoy se entiende, el comercio en la vía pública jamás será acotado, regulado o desaparecido.
Es simple: será administrado en tanto deje mejores rentas que, obviamente no aliviarán la indigencia presupuestal de que tanto se queja esta administración municipal, sino sólo para engordar los bolsillos, incluso de aquellos que en su momento dijeron tomar las armas para luchar por los pobres. Pero hoy, cruel paradoja, no son más que vulgares mercachifles. En efecto, el nudo de corruptelas y complicidades se ha ubicado en la Secretaría de Gobierno municipal. El poder fáctico detrás de la autoridad establecida. Algo tiene que hacer la sociedad civil; el comercio establecido; los empresarios; los comités vecinales, porque al paso que vamos, no hay duda que el desorden, la impunidad y esos poderes fácticos, a quienes poco interesa que el municipio de Oaxaca se Juárez vaya a la cola de sus similares en el país, habrán de convertir a nuestra antes tranquila y apacible Verde Antequera en un muladar. Al tiempo. (JPA)

