Opinión 

El comentario de hoy, jueves 2 de diciembre 2021

El pasado 13 de noviembre, se instaló formalmente, la Sexagésima Quinta Legislatura del Estado. Ésta inició de una forma inédita o más bien atípica. Sólo 40 de 42 diputados rindieron protesta. Uno, que llegó con los colores del PRI, enfrenta severos problemas de tipo penal que lo mantienen privado de la libertad en un penal federal del Estado de Michoacán. Por ley, su suplente habría rendido protesta. Lamentablemente, falleció por problemas derivados de Covid-19, en el mes de septiembre. Otro legislador, éste de Morena, lo hizo la semana pasada desde la cama de un hospital.

Las primeras sesiones de la naciente legislatura fueron de jalones y tirones; descalificaciones y hasta insultos, entre algunos ex correligionarios. Otro circo, maroma y teatro fue la disputa por las principales comisiones entre las bancadas que tienen mayor membresía: Morena y el PRI. Hay opiniones que coicinden en que dichos roces y meneos son normales. Lo importante es que no continúen cuando haya que formar una agenda de las prioridades de que urge la sociedad oaxaqueña, en cuanto a iniciativas y decretos se refiere.

La actual legislatura tiene como antecedente la gestión desafortunada de la que fue considerada como la peor diputación en la historia política de Oaxaca. Un trienio ominoso por la inexperiencia, incapacidad y falta de tablas en el quehacer legislativo, pero sí, en otros menesteres, como la voracidad para sorber el erario público y un catálogo de vicios y triquiñuelas. La pregunta es: ¿si poco más de una decena de diputados de la misma camada se reelegieron, tendremos un segundo capítulo de ese pasaje penoso?

En la actual legislatura hay caras nuevas, sanas, jóvenes y, presumo, no maleadas. Es decir, de trayectorias tal vez modestas y limitadas, pero limpias. ¿Podrán darle un viraje a la mala imagen de sus antecesores, estigmatizados como mercaderes de la ilegalidad y la voracidad; de los cochupos y la conveniencia?. Es posible. Esto es, tener que aprenderse el contenido de la Ley Orgánica del Congreso local y responder a las expectativas de la ciudadanía oaxaqueña. Sin duda, será una labor titánica. Es evidente que no es tarea fácil, insisto, si partimos de la premisa de que repite en el cargo, como presidenta de la Junta de Coordinación Política, una legisladora cuestionada por su nepotismo y otros pecadillos. Sin embargo, algo tiene que intentarse para darle un viraje a esa imagen tan penosa que dejó la anterior legislatura, muchos de cuyos miembros, son los mismos –como ya hemos dicho- sólo que más duchos en mañas y vicios. (JPA)

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