Opinión Portada 

El comentario de hoy, jueves 18 de septiembre 2025

La capital oaxaqueña, como varias urbes en el país, enfrenta serios problemas urbanos. Uno de ellos, la vialidad, aparte, claro, de baches, inseguridad, informalidad económica y otros. Cualquier ciudadano puede constatar que, a la par del incremento brutal de vehículos automotores de dos ejes o más, ha crecido el de motocicletas. Es más, en los accidentes mortales en la zona metropolitana de la Ciudad de Oaxaca, los de moto son nota diaria.

No se trata de cuestionar el uso de dicho medio de transporte ni de poner en tela de juicio su operación. Cada quien es libre de usarlo para sus actividades cotidianas. Lo que se cuestiona es la ausencia de reglamentos para evitar accidentes fatales, como es la falta del casco para el operador y acompañantes, que a veces resultan ser dos o tres en la misma unidad, incluyendo menores de edad; la moderación en la velocidad u otras restricciones.

Quienes operan por aplicación, pedidos de comida o medicinas, se cuecen aparte: se asumen inmortales o hechos de algún material que los hace invulnerables a choques, alcances o accidentes fatales. Rebasan por derecha o izquierda a toda velocidad, sin que patrullas o elementos de vialidad les pongan un alto. No sólo a ellos sino a las empresas que los tienen a su servicio. No se sabe si van a contrarreloj para hacer la entrega o para acortar su vida.  

Se han hecho ya parte de la imagen cotidiana, los operativos y filtros que elementos de vialidad municipal o estatal, imponen en ciertas calles y avenidas. Más para sacar para el chesco que para sancionar a los infractores. La inútil e inoperante ciclo vía, de la que están quedando sólo los postes o barreras de confinamiento, ya no es para bicicletas sino para motos. Además, para estacionar a un lado, automóviles averiados o ya en desuso, usando calles y avenidas como Emilio Carranza en la Colonia Reforma.

Se habla de grandes proyectos que costarán miles de millones como la construcción del Centro de Servicios Vecinales que, según las autoridades, permitirá grandes ahorros en el pago de rentas. Pero no hay una política que conlleve a planear obras prioritarias de desarrollo urbano para mejorar la infraestructura vial. Mucho menos para la elaboración de un Plan Maestro de la Ciudad de Oaxaca y municipios conurbados.

Esto es, se sigue pensado en los grandes negocios y no en cuestiones de la vida cotidiana, que permitan mejorar la calidad de vida de los citadinos, vivir sin sobresaltos y sin problemas, que ése sería en esencia, el objetivo prioritario de todo buen gobierno. (JPA)

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