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El comentario de hoy, jueves 16 de enero 2025

El pasado primero de enero, en un ambiente de paz social, tomaron posesión al menos 220 presidentes y presidentas municipales. Sin embargo, detrás de esa calma chicha hubo muchas sorpresas, pues conforme han pasado los días las nuevas autoridades han ido develando irregularidades y las anomalías que se encontraron en sus respectivas oficinas. En ciertos casos cuestionando a sus mismos correligionarios del partido dominante.

Y los hay desde adeudos millonarios hasta falta de muebles o equipo que, sus antecesores, antes de irse, habrían cargado con los mismos. La ausencia de algunos ex ediles en la toma de posesión de sus sucesores fue notoria en varios municipios. Es decir, faltaron a las normas más elementales de madurez política, lo que hizo que quedaran en evidencia ante la ciudadanía que, en algún momento, les otorgó el voto y su confianza.

Una de las primeras declaraciones del presidente municipal de Oaxaca de Juárez fue la de poner en evidencia a su antecesor en el cargo, al denunciar un exceso el desembolso de cerca de 500 millones de pesos para el traslado de la basura a un depósito certificado. Empero, el edil fue recibido por una invasión brutal del Centro Histórico de la capital, por parte de comerciantes en la vía pública, muchos de ellos expendiendo mercancía china.

La pregunta es: ¿y cuál será la política que se siga el edil capitalino al respecto, habida cuenta de su cercanía a funcionarios estatales, municipales y sindicatos que manejan a quienes se han apropiado de nuestras calles? ¿Y cuál la estrategia para repuntar en la capital la industria turística que, en la pasada temporada decembrina, dejó desencantados a muchos hoteleros y restauranteros, ante la escasa afluencia de visitantes y bajísimo promedio de ocupación?

Si bien, como ya hemos dicho, la transición se dio sin violencia en el relevo municipal, hubo casos que no estuvieron exentos de sobresaltos. En algunos como Juchitán de Zaragoza, no suspendieron su cuota sangrienta. En otros, las arcas completamente vacías o interrupción de los servicios elementales, como recolección de basura o seguridad ciudadana causaron molestia.

Los hubo que, cual niños con juguetes del Día de Reyes, las y los noveles ediles, más metidos en las selfies o luciéndose que en valorar la situación real de los municipios que habrán de gobernar o en la toma de protesta de sus funcionarios, prestos a cobrar sus jugosas dietas, aún en comunidades con gravísimos rezagos, haciendo de la frase aquella de “gobierno rico, pueblo pobre”, una verdadera apología. (JPA)

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