El comentario de hoy, jueves 14 de marzo 2024
El pasado 26 de febrero, finalmente y después de tantos jaloneos entre sindicatos y transportistas, el rompeolas ubicado en jurisdicción de Salina Cruz fue inaugurado. En la visión de los gobiernos federal y estatal, ello permitirá el arribo de barcos de gran calado. Un elemento básico del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec que, si bien, como se dijo en el evento citado, no competirá con el Canal de Panamá, sí será un aliciente para la movilización de mercancías entre los océanos Pacífico y Atlántico.
Según se ha sabido, en unos meses más, el presidente López Obrador hará la inauguración del citado Corredor. Sería ocioso insistir en que dicho proyecto ha sido un largo anhelo de los oaxaqueños y, particularmente, de los istmeños. Sin embargo, como también lo hemos comentado, la región enfrenta serios problemas de inseguridad. Municipios como Salina Cruz, Juchitán y Matías Romero, entre otros, se han convertido en paraísos para las operaciones de grupos criminales. Los gobiernos locales parecen ser omisos al respecto.
Amén de ello -y también del tema ya hemos comentado- existe muy arraigada entre la población, su devoción por la cultura del chantaje. Ya no son noticia los bloqueos en la carretera transístmica o en la vía 190. Hasta seis en un mismo día. Pero quienes los promueven son intocables, aunque con ello le peguen de lleno al éxito del referido Corredor Interoceánico. No ha sido lo mismo con otros grupos. Es el caso de jubilados ferrocarrileros de Matías Romero, quienes fueron recientemente desalojados de manera violenta, cuando bloqueaban las vías del tren.
Ahí, elementos de la Marina y las corporaciones policiales aplicaron con singular puntualidad la máxima del Benemérito: “a los amigos justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”. Sin ánimo de apelar a la fuerza del Estado, sino siempre al diálogo como principio fundamental de todo buen gobierno, si el citado proyecto presidencial será un detonador del desarrollo regional y fuente generadora de empleos, no debe permitirse que intereses de grupo o particulares, hagan naufragar el éxito de este anhelado proyecto. En pocas palabras: que no se mate a la gallina de los huevos de oro, por la abulia gubernamental en aplicar la ley.
Ya es tiempo de irse sacudiendo ese temor cerval para proceder en contra de aquellos que, insisten en que los oaxaqueños sigamos viajando a la cola del desarrollo nacional. Se han estado sentando las bases de un añejo proyecto. De seguir nombrando a ediles complacientes con la inseguridad o funcionarios omisos para meter orden, poco podemos esperar que transitemos a nuevos niveles de desarrollo y progreso. (JPA)