Opinión 

El comentario de hoy, jueves 1 de febrero:

Igual que el año pasado, la numerosa delegación oaxaqueña que participó en la edición número 44 de la Feria Internacional de Turismo, FITUR, que se celebró en Madrid, del 24 al 28 de enero, ya retornó partiendo plaza. Oaxaca ocupó uno de los 14 estands que tuvo el pabellón de México en dicho evento internacional y cuyos resultados prácticos en nuestro medio, siempre han estado en medio del cuestionamiento.

Había que preguntar: y luego del oneroso viaje, ¿qué novedades en materia de contratos con empresas mayoristas europeas o asiáticas trae nuestra delegación? ¿Qué nuevas expectativas e innovaciones para promover nuestros destinos se copiaron o fusilaron de otros polos de desarrollo turístico del país y del extranjero? Y es que, si el gobierno de la Primavera Oaxaqueña le ha apostado a la industria sin chimeneas como pivote del desarrollo económico del estado, algo más que fiestas y pachangas debe traer en su bagaje nuestra delegación, luego de un viaje transatlántico que no cuesta un peso.

Es importante destacar que, a un año y dos meses de haber iniciado este régimen, los titulares de las áreas y dependencias claves, como es la Secretaría de Turismo, deben haber superado un poco la llamada “curva del aprendizaje”. Hasta hoy sólo se ha observado un dispendio que rebasa en mucho las expectativas de las políticas de austeridad. La política turística se ha reducido a fiestas, festivales, muestras gastronómicas, guelaguetzas, calendas, alebrijes y hasta atípicas capacitaciones al estilo Disney o eventos en la fiesta de muertos, con el modelo Pixair. Esto da al traste con el eslogan de “Oaxaca, orgullosa de sus raíces”.

Apenas inició 2024 y vendrán otras ferias y eventos nacionales e internacionales, en los que, con certeza, no faltará nuestra nutrida delegación, aunque nada traiga de bueno y nuevo en sus morrales. Parecemos candil de la calle y oscuridad de su casa, pues lo que respecta a promoción nacional, nada más no hay nada. Nos superan con mucho, entidades que, desde el punto de vista turístico, no tienen comparación con nosotros que, según los expertos, somos un destino completo: zonas arqueológicas, una capital colonial, monumentos de arquitectura novohispana, rutas turísticas, destinos de playa, artesanías, gastronomía, ecoturismo, etcétera.

Ojalá pues que, además de informes laudatorios, videos o fotografías; de reseñas de encuentros y exhibiciones, los oaxaqueños tengamos algo más que, en verdad, catapulte a nuestra industria turística, a otros niveles. Al menos, que la equipare a otras entidades en donde sí hay una verdadera política oficial al respecto. (JPA)

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