Opinión 

Corrupción y pobreza municipal

Isidoro YESCAS

México no es solamente uno de los países con los índices más altos de corrupción a nivel mundial, sino en donde también cobran fuerza la inseguridad, la violencia y la aguda pobreza. De esto último el CONEVAL vuelve a poner el dedo en la llaga al dar a conocer en su reciente  estudio  “Medición de la pobreza municipal 2015” sobre cómo pobreza, entre incrementos y decrementos, termina prácticamente  por seguir casi igual o peor que en el sexenio anterior en los 2 mil 457 municipios del país .

Podría parecer una buena noticia que en el período 2010-2015 en 699 municipios la pobreza disminuyó en un cinco por ciento o más, pero resulta que en otros 422 se incrementó en la misma proporción. Un movimiento similar ocurrió en el mismo período para medir la pobreza extrema: en 989 se redujo en un cinco por ciento, pero en 162 se incrementó.

Nada alentadoras las cifras, sobre todo para nuestro estado en donde se concentran el mayor número de municipios del país y en donde, de acuerdo a lo reportado por CONEVAL, en dos municipios prácticamente todos sus habitantes padecen de pobreza y pobreza extrema: Santos Reyes Yucuná, municipio mixteco perteneciente al distrito de Huajuapan, ocupa el primer lugar a nivel nacional con un índice del  99.9 por ciento de pobreza, y en segundo lugar está  Santa María Zaniza, Sola de Vega, bastante conocido en la entidad por las decenas de muertes provocadas por el conflicto limítrofe que han sostenido con Amoltepec. Pues Zaniza es el segundo municipio más pobre del país con un porcentaje del 99.7 por ciento.

Todo lo anterior lo que revela es el fracaso de la política social de combate a la pobreza del gobierno de EPN y de la mayoría de los gobiernos locales, que para el caso de Oaxaca correspondió al sexenio de Gabino Cué. Pero este fracaso lo que también evidencia es que los multimillonarios recursos públicos asignados a los programas sociales federales y locales, o no se han ejercido con honestidad y eficacia, o su uso electorero y clientelar ha focalizado su beneficio solamente a algunas entidades, regiones y sectores sociales. Lo uno o lo otro, o ambos a la vez.

A las cifras aportadas por el estudio del CONEVAL habría que enlazarlas, para fines comparativos (2010-2015), con lo que podrían arrojar todos los desvíos y malversaciones de recursos públicos en los tres niveles de gobierno, y en los propios gobiernos municipales, y el impacto que ha provocado en la economía de los municipios el incremento desproporcionado de la violencia, para empezar a entender que el reto a futuro no debería orientarse solamente a modificar el modelo de desarrollo sino poner a revisión las políticas públicas relacionadas con la salud, educación, vivienda y la alimentación, y todos los factores que directa e indirectamente han impactado en la reducción de los niveles de bienestar de casi la mitad de la población mexicana.

Ya se sabía que el país no solo se desangra y se empobrece moral y políticamente por los altos niveles de corrupción e impunidad  que permean en el sector público. Pero ahora la peor noticia es que la pobreza sigue igual o peor que antes y eso debiera ser suficiente para reflexionar, y actuar en consecuencia, sobre el modelo y el tipo de gobiernos que necesitamos a nivel nacional y local para revertir estas inercias y abandonos.

@YescasIsidoro

Diciembre 11 del 2017.

 

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