El comentario de hoy, jueves 5 de junio 2025
Desde el pasaso 15 de mayo continúa el paro de labores del llamado Cártel 22, miembro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación -la CNTE-. En su propósito de obtener canonjías, prebendas y privilegios fuera de la ley y de su intención de convertirse en un sector privilegiado de la clase trabajadora, los siempre insatisfechos mentores, se siguen llevando la educación de nuestros hijos, entre las patas, como se dice vulgarmente.
¿Cómo exigir mayores privilegios cuando, desde hace 45 años, Oaxaca arrastra uno de los peores rezagos educativos, con cientos de días sin trabajar? ¿Cómo validar socialmente una supuesta lucha, con alumnos deambulando y sus escuelas cerradas? El desarrollo de un país se cimenta en la educación que reciben sus niños y jóvenes. Nada, absolutamente nada justifica que los derechos laborales de un sector minoritario del magisterio nacional, condene a dicho sector de la sociedad a la mediocridad y la ignorancia.
Nadie ignora que el magisterio oaxaqueño ha sido y es manipulado con abierto interés político; que se moviliza siguiendo consignas ajenas a sus bases y que jamás en sus supuestos años de lucha, ha puesto por encima de sus intereses bastardos, la calidad educativa y su responsabilidad docente. Han pervivido como mercenarios, moviéndose por la paga. Siguen lucrando con la educación que imparte el Estado, tomando a ésta como rehén de sus ambiciones pecuniarias.
Sus abominables métodos siguen crispando la paz social y la tranquilidad ciudadanas. Hay que golpear a la ciudadanía inerme con absoluta impunidad, para ablandar al gobierno. Sabidos del discurso de que no habrá represión se montan sobre el mismo para actuar como vándalos y porros. Pero cuando asoma así sea el intento más leve de actuación policial, se asumen reprimidos. Transitan con un cinismo inédito de victimarios en víctimas.
Se sabe que ni el gobierno federal ni el estatal actuarán en consecuencia. El miedo a un 2006 o a los hechos de Nochixtlán en 2016, son la coraza con la que se cubren dirigentes y maestros. La pregunta es: ¿Y qué hace la sociedad civil? ¿Cómo interpretar ese silencio cómplice de autoridades municipales y de los comités de madres y padres de familia, ante los abusos y atropellos de los docentes? Tres ya dieron la puntilla: San Mateo del Mar, San Jerónimo Tlacochahuaya y la Unión Liberal de Ayuntamientos de la Sierra Juárez.
Estamos a un mes de concluir el ciclo escolar 2024-2025. No se puede confiar en el IEEPO, habida cuenta de la relación de complicidad que mantiene con la Sección 22. Ha sido el mismo quien ha evitado que aparezcan y se consoliden en el ánimo de los mentores, otros organismos sindicales como la Sección 59 o el llamado SITEM. Más de 4 mil millones de pesos en dádivas y pagos adicionales les ha entregado el gobierno estatal. Y en el gobierno federal les acaban de autorizar 800 millones de pesos más. Y pese a tantas necesidades sociales, los dirigentes del Cártel 22 siguen en su alocada carrera de mantener la mano alargada lucrando con el dinero del pueblo. (JPA)