El comentario de hoy, martes 19 de abril de 2016

El viernes pasado, los oaxaqueños volvimos a ver esa película que ya nadie quiere ver: los bloqueos carreteros y a los principales cruceros de la ciudad. Ya no fueron muchos como hace poco más de un año. Sólo unos cuantos maestros que siguen a pie juntillas las consignas de sus dirigentes. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación –la CNTE- aquella que nació como una alternativa de democratización al autoritarismo del Sindical Nacional, el SNTE, adoptó con el paso del tiempo, los mismos métodos. La Sección 22, en ese esquema, tampoco se quedó atrás.

Los métodos de lucha, las acartonadas consignas, la abdicación de la responsabilidad con la educación, por demandas de corte político, de facción ideológica, hicieron perder al magisterio su base social de apoyo. En el fondo, la CNTE repitió con su modelo fascista de “estás conmigo o contra mí”, los mismos esquemas autoritarios, de corrupción y componenda que tanto combatió al Sindicato. ¿Cómo está eso de que el Secretario de Finanzas de la 22 hacía movimientos millonarios en cuentas bancarias? ¿Cómo interpretar la petición de uno de los actuales dirigentes a su esposa el año pasado, de que sacara de la caja fuerte más de 300 mil pesos en efectivo?

Nadie cuestiona el derecho a la libre manifestación, salvo cuando se afecta el derecho de terceros. Pero los recursos que los dirigentes han manejado a su arbitrio, cuando mantenían copada la estructura del IEEPO, les hizo perder el piso y convertirse en truhanes comunes y corrientes. Salarios estratosféricos, pago de cuotas a maestros que no asistían a las manifestaciones, presiones económicas, corrupción galopante, venta de plazas, de cambios de adscripción, etcétera, mostraron a muchos en su faceta más oscura.

El pueblo oaxaqueño deplora de los bloqueos, de esos métodos burdos de cobrarle a la ciudadanía culpas ajenas. Por ello, todo mundo festinó el madruguete que les propinó la Sexagésima Legislatura del Estado, al aprobar la Ley Estatal de Educación. Fue un machetazo a caballos de espadas como se dice vulgarmente. El corolario fue la aprehensión del Secretario de Finanzas de la Sección 22, por delitos graves como lavado de dinero, un delito del orden federal. Más aún, hay pendientes de ejecutar cerca de 30 órdenes de aprehensión más.

Pero los dirigentes siguen entrampando más a sus compañeros. Es evidente que si antes conseguían todo con la amenaza de movilizar a los cerca de 80 mil mentores de la nómina estatal, ya no tienen liderazgo para convocarlos. La muestra de que han perdido capacidad de interlocución para liberar a los que están bajo proceso, es que desde octubre del año pasado fueron detenidos cuatro mentores, que siguen en penales federales y no han podido liberarlos. (JPA)