El comentario de hoy, martes 11 de abril

La agresión al ciudadano común es directa. Provocación abierta. Impunidad campante. Pero salvo excepciones, nadie responde de manera agresiva frente a los bloqueos carreteros y vialidades. Pareciera que nos hemos acostumbrado a ellos.
Son los mismos actores: maestros y normalistas, sin faltar los comuneros de San Juan Mazatlán, Mixes, movidos perversamente desde el gobierno. Los mentores, se movilizan desde hace 37 años; los normalistas, cada cuando se sacan de la manga la demanda de obtener plaza sin examen. La postura obcecada de los dirigentes del Cártel-22 raya en la paranoia. Los señores han vivido prácticamente de la extorsión al gobierno; del chantaje y la amenaza.
Desde que el gobernador Alejandro Murat se sentó por primera vez en la mesa de negociaciones con el magisterio, en diciembre, a pocos días de asumir la gubernatura, consideramos que era un error. La segunda mesa de diálogo, en el palacio de gobierno, el ejecutivo tuvo que escuchar de pie, sin hacer gestos, hasta el grito de guerra de la melodía setentera del “Venceremos”.
Haber admitido sin emitir comentario dicha postura propia de fanáticos, hizo pensar a la dirigencia magisterial, que el gobierno estaba de rodillas. Asumieron que cada amago, cada amenaza de movilización o chantaje, el gobernador iba a estar a su disposición. Dejar de atender la apretada agenda de prioridades y necesidades que entraña el cargo, para escuchar sandeces y posturas soterradas. Pero se equivocaron.
Es innegable pues que el gobierno ha mostrado apertura y disposición para negociar y apoyar las demandas. Se logró la regularización de 3 mil 669 plazas, con un presupuesto mayor a los mil millones de pesos. De los 900 normalistas que presentaron examen para obtener plaza, 712 la consiguieron. Serán contratados a partir del primero de mayo. Se ha avanzado también y gracias a las gestiones del gobierno, en el programa “escuelas al 100”, que es el mecanismo de arreglo a las instalaciones escolares y edificación de nuevos planteles.
En lo que respecta al caso Nochixtlán –se sabe- hay una atención permanente con los órganos de justicia y la Secretaría de Gobernación (SEGOB). Es decir, el magisterio ha tenido atención y una política de puertas abiertas. Sin embargo, esos 187 normalistas que no aprobaron el examen –ya infiltrados, obviamente- y arropados por la Sección 22, se han asumido como el brazo golpeador.
Por fortuna, el pasado viernes hubo una declaración contundente y obligada de la autoridad: no más chantajes. Oaxaca urge de orden, de que se mantenga vigente el Estado de Derecho; no más bloqueos, no más amenazas, amagos y poderes fácticos moviendo a sus alfiles. No es una postura autoritaria. Es la que demanda de un pueblo ofendido, secuestrado y perpetuamente humillado por turbas de fanáticos. (JPA)
