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El comentario de hoy jueves 25 de mayo

El pasado 15 de mayo, para variar, se dio un enfrentamiento entre miembros del Sindicato Libertad y de la CTM, en inmediaciones del Monumento a la Madre. Hubo un muerto, heridos y taxis incendiados. La Policía Estatal llegó tres horas después, cuando ya la trifulca había dejado su lastre mortal. No faltaron luego los deslindes de los dirigentes, que dijeron ser ajenos al enfrentamiento. Sin embargo, hubo un muerto, ¿alguien pagará por ello? Yo lo dudo.

Hace poco más de un mes, vecinos de San Pedro Mártir Quiechapa fueron emboscados por sus vecinos de Santiago Lachivía. Hubo cinco muertos. Entre ellos un menor de edad. Ha pasado el tiempo y nada se sabe de investigación, carpetas de indagatorias, mucho menos que las autoridades tengan la menor intención de castigar, conforme a la ley, a los criminales. Todo se quiere resolver con las aberrantes mesas de diálogo y negociación.

En la disputa que hubo hace algunos meses entre vecinos y policías de San Pedro Mixtepec y Santa María Colotepec, también se habló de una víctima. Pero todo se quiso minimizar cuando el ejecutivo estatal sentó a los dos presidentes municipales y ambos fumaron la pipa de la paz, ¿y la víctima? Seguramente los familiares no creen ni están convencidos de la farsa de los famosos acuerdos de paz que se dan, justamente, cuando la pradera ya se salpicó de sangre.

Es pues la impunidad lo que campea en nuestro ambiente y lo que ha incubado en muchos el deseo insano de cometer un crimen, bajo el pleno convencimiento de que no recibirá castigo. A cada momento trasciende que entre el gremio de taxistas foráneos o moto taxistas, mataron a uno o hirieron a otro. Los presuntos criminales se pasean como Pedro por su casa, sin que nadie los toque. Aún concientes de su culpabilidad, ya sus dirigentes amenazarán como movilizaciones para liberarlos, en el eventual caso de que fueran dtenidos. Algo en verdad remoto.

¿Y saben por qué? Porque la justicia oaxaqueña se ha relajado tanto que no importa la magnitud del delito; la forma en la que se cometa; los ataques en multitud; los daños en propiedad ajena de manera multitudinaria que son, no solamente cobardes, sino que tal parece que en las autoridades hay miedo para actuar. Es decir, tal parece que vivimos en una tierra de nadie. Una justicia selectiva; atípica; burda.

El nuevo Fiscal General tiene el reto de actuar contra quien vulnere la ley, sin importar colores, partidos, sindicatos, confederaciones o simplemente cofradías delictivas. Y debe operar sin consigna, con el espíritu de la ley en la mano. Sería una lástima que se pretenda amarrarle las manos, poniendo por delante de la ley, el interés político o la conveniencia electoral. (JPA)

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