Antes de iniciar campaña por la gubernatura Alejandro Murat Hinojosa hace “operación cicatriz”.- Alberto Unda
Por Alberto UNDA
En vísperas de arrancar su campaña política en busca de ganar las elecciones del 5 de junio, Alejandro Murat Hinojosa, ha dedicado los últimos días, a lo que en el argot político se conoce como “operación cicatriz”.
Esto ha sido necesario, porque a pesar del traído y llevado “pacto de unidad” que por lo menos siete distinguidos priistas oaxaqueños firmaron para respetar la decisión que su partido tomara al designar a su abanderado para la elección a gobernador del estado, varios aceptaron a regañadientes la candidatura “única”, hicieron berrinche y en voz baja advirtieron que podrían irse con sus tiliches a otra parte.
Entonces “tragando sapos”, Murat Hinojosa tuvo que dedicarse a la dichosa operación, sino con todos, sí con algunos inconformes, incluidos en el grupo que como él buscaban la nominación.
Exclusivamente, él es el único que sabe a quienes llamó telefónicamente, con quienes se entrevistó personalmente, con quienes desayunó o tomó café, a quiénes buscó, situación que cada quien por su lado, aprovechó para condicionar su apoyo a cambio de recompensas que les permitan “reponer” el esfuerzo y la inversión que supuestamente hicieron en la precampaña interna que el Revolucionario Institucional vivió.
Sin embargo flota en el ambiente que a quienes Alejandro Murat buscó para restañar heridas, tampoco deben sentirse muy seguros, que todo les será concedido porque no son los únicos que deben ser tomados en cuenta.
Igual ocurre con quienes meses antes de la designación se pusieron al servicio del hoy candidato priísta, son esos priistas que para la mayoría son “cartuchos quemados”, que sin embargo “presumen” de controlar sus feudos y por ello deben tener aseguradas posiciones, cargos públicos y políticos en la administración que piensan encabezará el ex director general del Infonavit.
Algunos se sienten tan seguros que a pesar de los señalamientos, acusaciones, denuncias como es el caso de Alejandro Avilés Álvarez, aún coordinador de la bancada del PRI en la LXII legislatura local, quien a pesar de tener a sus disposición millones de pesos, ha dejado de pagar a proveedores de bienes y servicios, propietarios de medios de comunicación, es decir a un cúmulo gigantesco de acreedores, a quienes el jarocho, no les paga adeudos desde agosto de 2015.
Personalmente en diversas reuniones los afectados han informado de este grave problema al propio candidato priista.
Otra denuncia que se ha hecho pública por mujeres y hombres priistas que buscan candidaturas a cargos de elección popular, es en el sentido de que Avilés Álvarez, está ya –igual que ha hecho en otras elecciones— vendiendo las candidaturas.
Muchas las ofrece por un mismo distrito o municipio, el diputado priista, las vende varias veces, lo cual hace más rentable su negocio en el que ha convertido la aspiración de militantes del Revolucionario Institucional de llegar al congreso local o encabezar la administración municipal de sus comunidades.
A simple vista, pareciera que Alejandro Murat, no ha acusado recibo de estos señalamientos, la realidad solo él la sabe, aunque todo indica que los señalamientos contra estos personajes, no le hacen ninguna gracia, por eso hay que insistir en que varios, no están tan seguros.
Tal vez algo les tocará, pero podrá ser muy lejano a sus aspiraciones personales y familiares.
AHORA URO VA POR LA VIDA DE FRACASO EN FRACASO
Quien definitivamente trae el “santo de cabeza” es Ulises Ruiz Ortiz.
Últimamente todo le sale muy mal, los resultados están muy lejos de lo que él y su grupo planeo o imagino hace muchos meses.
Su primer y más importante fracaso es haber perdido la candidatura al gobierno del estado, por más que se empeñó porque Eviel Pérez Magaña, fuera otra vez el abanderado del PRI para el gobierno de Oaxaca, no logró su objetivo.
Probablemente el primer priista Enrique Peña Nieto, no quiso arriesgarse a enviar como candidato a quien perdió una tras otra, dos elecciones, una para gobernador y la siguiente para senador, o sea un “cartucho muy quemado”
El caso es que URO y sus leales se quedaron con las ganas, mordieron el polvo de fea manera, apenas se estaban reponiendo y planeando cómo trabajar en contra de la campaña de Alejandro Murat Hinojosa, cuando les cayó el segundo mandarriazo:
URO había filtrado que sí el PRI ponía al hijo del ex gobernador José Murat como candidato, iría con todo a apoyar a José Antonio Estefan Garfias.
La verdad resultó que se la jugó con Benjamín Robles Montoya porque consideró que el senador tenía al interior del PRD, “ventajas” que URO no podía desaprovechar, como el hecho de que durante por lo menos los últimos cinco años, el michoacano utilizando recursos públicos estatales, había podido recorrer varias regiones del estado.
Otra era el intenso activismo desplegado por Robles en el senado de la República, contrastante del cielo a la tierra con la opacidad y mediocridad de su favorito, Eviel Pérez, quien en los tres años y fracción sólo ha ido a la Cámara Alta a “calentar” el escaño, sin comprometerse, ni trabajar por Oaxaca y las necesidades y problemas del estado.
Y otra vez URO perdió porque el Partido de la Revolución Democrática, en una decisión que algunos no les hizo ninguna gracia, nombró en votación de la asamblea estatal de delegados, como candidato del perredismo al ex priista José Antonio Estefan Garfias.
Las cosas le salieron tan mal en la designación de candidato al gobierno de Oaxaca, al ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, que hasta uno de sus principales beneficiarios, consentido de consentidos, a quien muchos consideraron en su tiempo era el candidato natural a suceder a URO, porque se decía que era quien realmente gobernaba al estado, Jorge Franco Vargas, alias “El Chucky”, lo abandono y ahora trabaja, dicen muy de cerca, en el equipo de Alejandro Murat Hinojosa.
La debacle del pintoresco ex gobernador, no paró ahí, el año pasado en CEN del Revolucionario Institucional, lo envío a Quintana Roo, para que usará sus mañas de consumado “mapache”, y tejiera con hilo fino, la sucesión en la sureña entidad, convulsionada por los desplantes, caprichos, pésima administración e irresponsabilidades, del gobernador Roberto Borge Marín.
Junto con el delegado federal de Sedesol, Fabián Vallado, el delegado priista, Ruiz Ortiz, cambiaron las señales y probablemente con un jugoso acuerdo con el gobernador Borge, trabajaron para obstaculizar la posible designación del ex sub secretario de turismo del gobierno federal Carlos Joaquín González.
El trabajo sucio lo hicieron tan bien estos dos operadores que el medio hermano del Secretario de Energía y ex gobernador quintanarroense,, Pedro Joaquín Codwel, renunció al PRI y de inmediato se convirtió en el candidato de la coalición PRD PAN.
El asunto al interior del PRI se complicó a tal grado que el propio presidente del CEN tricolor, Manlio Fabio Beltrones, tuvo que hacer a un lado a su personero Ulises Ruiz, para encargarse de la sucesión en Quintana Roo y parar la necedad de Roberto Borge, quien estaba empeñado en dejar como sucesor a su delfín: José Luis “Chanito” Toledo.
Ni el gobernador ni sus “mapaches” de cabecera entendieron las señales beisboleras que el CEN envío oportunamente y el pasado viernes, el propio Beltrones Rivera, anunció que el candidato de unidad para Quintana Roo, será: José Mauricio Góngora Escalante, presidente municipal del ayuntamiento de Solidaridad, Playa del Carmen.
Otra vez URO sufrió estrepitosa derrota, el único consuelo que le queda es que ahora sus cercanos como Alejandro Avilés Álvarez, Cándido Coheto Martínez, Manuel García Corpus, Manuel León Sánchez, entre otros, no le fallen –y aunque varios de ellos andan buscado otro hueso para eternizarse en el poder–, le ayuden a colocar piezas cercanas a sus afectos en cargos de elección popular o en la futura administración gubernamental.
Al final, con algo que pueda conseguir, Ulises Ruiz Ortiz, tendrá que conformarse, pues hasta ahora, la alineación de los astros, no le ha sido favorable.
Han quedado atrás los tiempos de jauja, donde todos sus caprichos le eran cumplidos, como los que recientemente tenía en Quintana Roo, donde tenía para su servicio particular, el uso de un avión, en el que trasladaba a sus invitados, a las hermosas playas del caribe mexicano, sin importar que fueran o no priistas, como el caso del jefe de campaña de Benjamín Robles Montoya, el ex diputado perredista, Jesús Romero López, alias “Charvelin”.
COMO CANDIDATO DEL PT ROBLES MONTOYA, DIVIDE A LA COALICIÓN Y TERMINA POR FAVORECER AL PRI
Su ponzoña venenosa, sed de venganza y protagonismo enfermizo lo rebasó a tal grado que el michoacano Benjamín Robles Montoya, en su afán por aparecer en la boleta como candidato a gobernador, no solo ha fraccionado al PRD partido que en su momento lo encumbró políticamente hasta hacerlo diputado local y senador de la República, sino que soltó mucho dinero, para que un partido satélite del PRI y del gobierno, un partido escoria como el pomposamente llamado Partido de los Trabajadores (PT), lo registre como su abanderado para la elección del 5 de junio.
Y todavía el michoacano insiste en que su lucha es contra la corrupción del actual y otros gobiernos de Oaxaca, pretendiendo ignorar que el PT lo formó, financió y apadrinó, uno de los presidentes que en México, implantó la corrupción e impunidad, como los sellos distintivos de su administración: Carlos Salinas de Gortari.
Quién sabe dónde estará la democracia, transparencia, ética, decencia y valores de la dirigencia del PT que como Robles Montoya, les llegó al precio, súbitamente, rompieron la alianza que habían pactado con el PRD y el PAN, para apoyar como candidato a Estefan Garfias.
Es inconcebible que el ahora “militante del Partido de los Trabajadores, no supiera la historia negra del PT, que apenas a principio de año, con el apoyo del PRI, logró recuperar el registro como partido nacional que perdió en las elecciones del pasado 7 de junio.
Como al PRI, le ha hecho muchos y muy buenos servicios, el PT fue rescatado con votos prestados o regalados que el tricolor, le entregó en la elección de un municipio de Aguascalientes, con lo cual los petistas, “recuperaron “ el porcentaje necesario para que Instituto Nacional Electoral, les devolvieran el registro.
Ese es el partido que ahora sin rubor alguno “apoya” a Robles Montoya y le alquila sus siglas, para que el michoacano, aparezca en las boletas que serán usadas en la elección del domingo 5 de junio, cuando las y los oaxaqueños, acudan a elegir: gobernador, presidentes municipales y diputados locales.
Con esta sucia maniobra, todo indica que Benjamín Robles, termina por hacerle un favorzote a los candidatos del Revolucionario Institucional: divide y ahonda la crisis de la coalición del PRD y el PAN, le restará a la oposición, algunos votos que sus seguidores depositaran a favor de su candidatura en el PT.
Hubo quienes advirtieron esta situación y acusaron al propio PRI de haber movido sus hilos para que Robles Montoya se saliera con la suya, pues al final de cuentas, son votos menos para la coalición y matemáticamente votos buenos para el Revolucionario Institucional.
De todas maneras, la actitud asumida por el michoacano, en lugar de orgullo debiera darle vergüenza, porque en realidad para cualquier mexicano, bien nacido, con principios, un mínimo de honradez y decencia política, ser candidato del Partido de los Trabajadores es una degradación.
Quién sabe con qué saldrá en poco tiempo, con tal de seguir adelante con su vengativo plan de ser gobernador para “romperle la madre” a su ex amigo Gabino Cué y a Jorge Castillo Díaz.
Las y los ciudadanos que salgan a votar el próximo 5 de junio, seguramente lo harán, con una visión distinta a la obstinación que se ha apoderado de Benjamín Robles Montoya, que parece se equivoca, al pensar que las y los oaxaqueños, votaran masivamente por un individuo que no nació en Oaxaca y que ganó dos elecciones, gracias a al apoyo, confianza y amistad que en su momento le dispensó el hombre al que hoy, muerde la mano con rabia y odio infinito: Gabino Cué Monteagudo.
Es probable que en las dos ocasiones donde se presentó como candidato, Robles Montoya, haya ganado, pero en realidad, al triunfo lo llevó de la mano, el gobernador del estado, a quien el michoacano, traicionó demostrando desde entonces que la gratitud es una virtud que nunca ha tenido, porque él llegó a estas tierras en plan de conquista, a ocupar cargos y posiciones que en su natal Michoacán, difícilmente hubiera alcanzado, porque allá lo conocen de sobra y saben su catadura moral y política.
@albertounda16